Una chica. Un chico. Diferentes paises. Ella es terca. Él es adorable. Miles de secretos y un solo problema. Ella tiene miedo al amor. Él quiere enamorarla.

lunes, 23 de septiembre de 2013

Capitulo 11.




Ya habían pasado un par de semanas desde entonces. Había tenido una segunda cita con Mark, esta vez más tranquila, y ahora todo el internado me conocía por “La novia de Tyler”. Mientras tanto, Dani había empezado también algo serio con Taylor. Era martes, y hoy tenía la ante penúltima prueba. Con esta sabría si podría tener alguna posibilidad o no de seguir en este internado.
- ¿Y que teníais que preparar para esta vez? – habló Jordi con un trozo de bocadillo en la boca - ¿Vals? ¿Ballet?
- El Vals lo hicimos la semana pasada, y no hables con la boca abierta – le di un golpe en la barbilla mientras el se quejaba – Además, a partir de ahora elegimos nosotros.
- ¿Y que vas a hacer?
- Sigo en mi camino con el hip-hop y el funky – le di un mordisco a la manzana – Eso con lo que de verdad estoy segura.
- Lo harás genial
Por primera vez en media hora Dani se había dignado a hablar. Siempre que estaba con Taylor, el mundo desaparecía para ella. No tenía nada en contra de su relación, solo pedía que mi mejor amiga dejara de ignorarme tanto. Noté una mano cálida en mi hombro que me hizo voltearme.
- Disculpen, pero les robo a la princesa.
- Déjate de ñoñerías, Mark – me levanté cargando mi mochila al hombro – Luego nos vemos chicos.
Salimos del comedor para encaminarnos hacia las taquillas. Quedaba poco menos de 10 minutos para empezar las clases, así que fui a recoger todo lo que necesitaba.
- Esta tarde tienes lo de la prueba, ¿cierto?
Asentí mientras guardaba y sacaba algunos libros.
- ¿A que hora acabas?
- Sobre las 7, más o menos – cerré la taquilla y me giré hacia él - ¿No estás allí?
- Tengo un par de cosas que hacer, así que dudo poder ir. Pero intentaré estar allí para las 7, sino ya hablaremos – el timbre de vuelta a clase sonó llamando nuestra atención – Luego hablamos.
 Me dio un rápido beso en los labios para luego irse a toda prisa, pero no hacia las clases. Iba en sentido contrario, hacia la salida de emergencia.
- ¿Vamos ___?
- Mar – me volví hacia ella – Necesito que me cubras, que digas que estoy mala o algo. No puedo ir a clase.
Mark llevaba varios días muy raro, y yo quería saber lo que ocurría. Quizá seguirle no era lo mejor que podía hacer, pero sabía que él no me lo iba a contar, sino ya me lo hubiera dicho.
- ¿Ocurre algo? – Mar frunció el ceño – Nunca te has saltado una clase.
- Tengo que averiguar una cosa, solo será esta vez.
Vi como asentía sin estar muy segura de ello. Giré para seguir el mismo camino que Mark había tomado. No sabía dónde estaba, pero había escuchado la puerta de emergencia cerrarse, así que no estaría muy lejos. Me adentré por el pasillo que había antes de llegar al exterior, pero me paré antes de salir.
- … y se lo va tragando, poco a poco, de momento no hay ningún problema.
Era la voz de Mark, pero no estaba solo. Me asomé levemente para poder ver otra dos figuras, las dos de espaldas a mi.
- Espero que ese idiota no intervenga – habló una de las dos, la más alta de ellas – Sino tendré que enseñarle de nuevo las normas.
- No hay que enseñarle nada, Dylan – la grave voz de la segunda figura se escuchó fuerte a pesar de que no estaba gritando – Mark sabe todo lo que tiene que hacer.
- Así es señor, su hija está totalmente controlada.
¿Quien era su hija? Me giré para volver a entrar, pero mi torpeza se hizo de notar en ese momento. Varias botellas se encontraban esparcidas por el camino, las cuales empezaron a rodar cuando me tropecé con una de ellas. Escuché los pasos venir hacia aquí haciendo que corriera y entrara justo cuando un chico rubio se asomaba seguido de Mark. No me habían visto.


martes, 10 de septiembre de 2013

Capitulo 10.




- ¿Hace cuanto estáis juntos?
Era mitad de noche y yo había salido a tomar el aire mientras Mark hablaba con, por lo que me había contado, unos viejos amigos de la familia. Estaba apoyada en la pared mientras miraba la luna delante de mí. Hoy hacía una noche preciosa. Seguro que otra pareja la esta disfrutando mucho mejor que yo.
- No estamos juntos.
- Vaya – Greyson sacó un cigarro de su chaqueta y lo encendió – Pues todos deducen que si.
- Pues deducen mal – suspiré y giré mi cabeza hacia él - ¿Desde cuando fumas?
- Un par de años.
 Volví de nuevo mi mirada hacia la luna. Él no era el Greyson del que yo me había enamorado, no era mi dulce chico de 16 años. ¿Cómo podía haber cambiado tanto en tan poco tiempo? Me incorporé y empecé a caminar hacia la entrada, pero una mano se cerró alrededor de mi muñeca obligándome a parar.
- Escúchame – se colocó delante de mí mientras me miraba fijamente a los ojos – Mark es un gran amigo mío, pero no es un buen chico. A ti te parecerá todo lo contrario, como a todas sus novias, o ahora sus ex novias, pero no lo es. Te aconsejo que no entables nada serio con él.
- ¿Y por qué debería hacerte caso? No ha hecho nada que implique que sea como tu dices que es.
Greyson suspiró pesadamente.
- Y no lo hará, hasta que estéis juntos – agarró mi barbilla haciendo que le mirara – Hazme caso por una vez.
- No puedo hacerte caso – quité su mano de mi barbilla - Tampoco sé como eres tú ahora ni lo que puedes hacer. Quizá solo quieras que no me junte con él para tener más oportunidades conmigo.
Pasó una mano por su pelo mientras daba una última calada y tiraba el cigarro al suelo. Me miró de nuevo y negó.
- No me vas a creer, ¿verdad?
Desvié mi mirada de nuevo hacia la luna. No podía creerle, él no era mi Greyson, yo no conozco a el nuevo Greyson. Suspiré pesadamente, pero no respondí.
- Esta bien, no voy a insistir. Haz lo que quieras.
Se metió rápidamente en el edificio dando una fuerte sacudida a la puerta. No comprendía por qué tenía que temer a Mark, él no era mal chico. El resto de noche pasó con más tranquilidad. Decidimos irnos de allí y terminamos cenando a las 12 de la noche en un McDonalds. Era la 1 y media de la madrugada cuando Mark me acompañó a mi habitación. Gracias a Dios los fines de semana no había horario de entrada al internado, por lo que podías llegar cuando quisieras.
- Bueno, ¿y qué tal lo has pasado?
- Bastante entretenido – me apoyé en la puerta mientras me quitaba los zapatos – Pero tengo los pies molidos.
- Nunca entenderé porqué lleváis esas cosas – se acercó a mi rodeándome por la cintura – A mi me atraen los pantalones de chándal y las deportivas gastadas.
Reí mientras pasaba mis brazos por sus hombros.
- Lo tomaré en cuenta para la próxima vez.
- ¿Qué tal una próxima vez en una playa desierta? – se acercó a mi mientras sonreía – Tú en biquini y nada que nos pueda interrumpir, es perfecto.
Se acercó del todo a mi para unir nuestra bocas. Cada vez estábamos más pegados, ni un soplo de aire conseguiría pasar por allí, ni nadie podría separarnos. Sus ojos estaban cerrados, pero la imagen de sus ojos marrones con varias pecas debajo de estos estaba en mi cabeza. Nos separamos al no tener aire y conseguí ver de nuevo su rostro, pero sus ojos eran azules y las pecas habían desaparecido.
- Mañana hablamos, ¿si?
Asentí con la cabeza. Mark se volvió a acercar a mi para darme un leve beso en los labios y luego marcharse. Entré a mi habitación y tiré todo encima de la silla de estudio para luego hacer lo mismo conmigo pero en la cama.
“No es un buen chico. Hazme caso por una vez”

- No es un mal chico – susurré para mi misma - No lo es.

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Bueno, os dejo este pequeño aviso aquí. El lunes que viene empiezo el nuevo curso, y, no es complicado, pero si tengo que ponerme las pilas y sacarlo lo mejor que pueda. Entonces, a partir del 16, empezare a subir 1 capitulo por semana, que seguramente será en el fin de semana. Si una semana no subo capítulo, subiré dos la semana siguiente. Y también os pido perdón por no haber subido antes, pero no he podido conectarme. Espero que os guste y que sigais disfrutando de la novela

martes, 3 de septiembre de 2013

Capitulo 9.




Solo quedaban 10 minutos para que Mark pasara a recogerme. No sabía donde íbamos a ir, lo único que me había aclarado era que tenía que ir un poco formal, así que tuve que apañármelas con los pocos vestidos que tenía para ir adecuada {http://www.polyvore.com/cgi/set?id=96166162&.locale=es} Había decidido recogerme el pelo en un moño alto, dejando algunos mechones sueltos, y un poco de maquillaje por la cara. No mucho, nunca pretendo exagerar. Guardé todo en el bolso y me coloqué los zapatos al tiempo que alguien llamaba a la puerta.
- Preciosa – Mark me cogió la mano haciéndome girar sobre mi propio eje – O quizás esa palabra se quede escasa.
Sonreí tímidamente mientras cerraba la puerta de la habitación. Mark había venido en su gran Audi plateado, el cual nos servía de mucha ayuda ya que el lugar de la cita quedaba bastante lejos.
- ¿Qué es esto? – pregunté al bajar del auto.
Un edificio completamente blanco se alzaba delante nuestra. No había ningún cartel que nos indicara que era, solo la fachada de este con una puerta giratoria que daba al interior.
- Ya lo verás cuando entremos – entrelazó los dedos con los míos mientras comenzábamos a andar – Seguro que te encantará.
Y así fue. El blanco de las paredes seguía apareciendo en el interior de este, pero ahora estaban decoradas con miles de cuadros y esculturas. No había mucha gente allí, pero se podía ver que toda era de un clase bastantealta. Por ello me había pedido que viniera formal.
- Sabía que te gustaba el arte – dijo Mark mientras pasaba su mano por mi cintura – Así que pensé en esto. No es una galería local, por lo que solo saben que existe las personas más lujosas.
- Como tú.
- Como yo.
Pasamos horas allí dentro contemplando cada obra de la sala. Todas y cada una de ellas eran preciosas. Me asombraba como una sola persona podía plasmar tanta belleza en un simple folio blanco o en un trozo de barro. Escuché a Mark hablar con otra persona detrás de mí, pero no me pretendía girar. Estaba absorta en uno de los cuadros más fascinantes que había visto nunca.
- ___ - me llamó al poco rato – Ven, quiero presentarte.
Tarde unos segundos en darme la vuelta, y me arrepentí de ello. Me acerqué a Mark con la copa de vino tinto temblándome entre las manos.
- Linda – pasó de nuevo la mano por mi cintura, mientras con la otra sostenía su copa – Él es Christian, amigo de los últimos años de instituto.
Señaló con la copa a un chico alto y corpulento, de pelo corto castaño y ojos grisáceos. Le sonreí mientras inclinaba levemente mi cabeza, al igual que él.
- Este es Tristan, compartimos varias clases en la secundaria.
De nuevo guió la copa para pararse en un chico rubio de ojos entre verdes y marrones. No era muy alto, estaría cerca del 1’75, pero tenía mucha anchura. Le dediqué, al igual que al otro, una sonrisa, y este me correspondió con otra.
- Y por último Greyson, el gran Chance.
Fue allí cuando se desmontó mi noche. Quería una cita tranquila con Mark, olvidarme de todos los problemas y pasarlo bien, pero tenía que aparecer él. Él con su enorme sonrisa de gratitud. Al parecer esta situación le gustaba, mientras yo estaba deseando salir de allí corriendo.
- Sí, ya nos conocemos – habló él.
- ¿Sí? – asentí mientras Mark me miraba interrogante - ¿De que?
- Greyson vino hace unos años de intercambio a mi escuela, aunque nunca nos llevamos del todo bien.
Vi como quiso hablar, pero apretó la mandíbula y no dijo nada. Su sonrisa había desaparecido durante unos segundos, pero no tardó mucho en volver a su cara. Suspiré débilmente sin hacerme notar. Aún estaba a tiempo de arreglar la noche, pero primero había algo de lo que tenía mucha curiosidad.
- ¿Y vosotros de que os conocéis?
- De hace mucho tiempo, quizá desde los 2 años – me respondió Greyson.
Miré a Mark mientras este solo observaba al pecoso con una gran sonrisa.
- O de antes - rió este.
- Como para acordarnos.
Greyson y Mark se echaron un par de risas.Estaba feliz de verle, ¿por qué? No tardó mucho en bajar la mirada hacia mi y asentir con entusiasmo.
- Él es mi mejor amigo.
Mierda.

viernes, 30 de agosto de 2013

Capitulo 8.




- Ya estas soltándolo todo
Me crucé de brazos enfrente suyo mientras esperaba una explicación de su parte, pero solo obtuve una carcajada.
- ¿Soltarte el qué?
- ¿Por qué me vigilas?
Leo enarcó una ceja.
- Porque quiero.
Le miré aun más enfadada y confusa. ¿Esto que era, una broma? Ni forma, esto no era porque el quisiera, tenía que haber alguna otra razón.
- Vuelvo a preguntártelo, ¿por qué me vigilas?
- Ya te lo he dicho - se encogió de hombros mientras yo seguía intentando matarlo con la mirada - Bueno, por eso, y porque soy un mandado.
Terminó de decirlo rápidamente e intentó irse por mi lateral, pero reaccioné antes de que pudiera hacer nada y me coloqué delante suyo impidiéndole el paso.
- ¿Un mandado de quien?
- Pues un mandado de una persona – me dio un leve toqué en la barbilla mientras se acercaba a mi – Alguien que no quiere que hagas cosas que no debes hacer, que no quiere que te juntes con personas con las que no debes. Que te quiere proteger.
Salió de la habitación sin ninguna dificultad ya que yo estaba completamente en sock. ¿Protegerme de qué? Pasé el resto del día intentando sacar alguna conclusión, alguna respuesta, pero era imposible. Y en la noche tampoco dormí, así que al día siguiente parecía salida de una tumba. Gracias a dios era sábado y no teníamos que ir a clases. Me duché rápidamente y me puse un poco de antiojeras. Odiaba las bolsas que se formaban debajo de mis ojos cuando no dormía. Me vestí rápidamente {http://www.polyvore.com/cgi/set?id=95776038&.locale=es} y salí hacia la habitación de Dani. De alguna forma necesitaba distraerme, pero ella estaba bastante más distraída que yo. Estaba junto a Taylor en la puerta de su habitación. Gracias a dios no se estaban comiendo las bocas, pero poco les faltaba para ello, así que decidí no interrumpir y me marché de allí. Salí de la residencia y se me pasó por la cabeza ir a ver a alguien. Me adentré en la residencia de los chicos seguida por miles de miradas. Era normal que un chico entrara en nuestra residencia, pero nunca que una chica entrara en la suya. Subí hasta la segunda planta y llamé a la puerta numero 23. En ese piso estaban las habitaciones compartidas. Ash abrió la puerta lentamente mientras se me quedaba mirando.
- Necesito distracción y Dani esta con su nuevo amor.
Ash se rió y me dejó pasar. Su habitación estaba hecha un auténtico desastre, pero no importaba.
- ¡___! – Jordi vino a abrazarme rápidamente - ¡Que alegría verte por aquí!
- Que alegría me da a mi verte vivo – este rió - ¿Qué te ha pasado?
- Estaba malo
Me senté en la cama al lado de Jordi mientras Ash se sentaba en el sofá a jugar a la consola. Estos dos chicos eran tan diferentes y a la vez tan iguales. Ash era alto y muy ancho, de pelo castaño oscuro y ojos marrones. Su forma de vestir era muy despreocupada, siempre se ponía lo primero que veía y nunca se peinaba. Amaba llevar gorras y, en invierno, gorros de lana. Jordi en cambio era muy delgadito y no tan alto, se acercaba al 1’70 escasamente. Tenía el pelo rubio y los ojos miel. Su ropa era toda de marca y siempre iba bien conjuntado, a la vez que tardaba una eternidad en peinarse y estar listo. Pero los dos amaban el deporte, los videojuegos y las fiestas, y ninguno de los dos sabía lo que la palabra “orden” significaba.
- Bueno señorita – me sacó Jordi de mis pensamientos - ¿Para que has venido?
- Necesito distracciones y pensé en vosotros – miré a Ash y luego a Jordi de nuevo – Pero veo que tendría que haber pensado solo en ti.
- Lleva toda la mañana así. A mi me gusta también ese juego, pero lo suyo ya es locura.
- Necesito pasar el nivel como sea – dijo Ash sin dejar de mirar la pantalla – Así que dejar de cuchichear sobre mi.
Jordi me miró y empezó a hacer movimientos de locura refiriéndose a Ash. Pasé toda la mañana con ellos, eran un buen apoyo, o al menos una buena ayuda para dejar de pensar en todos los problemas que tenía.
- Y allí fue cuando mi prima agarró a Ash y lo tiró contra la tarta – me reí a carcajadas con la historia – Se que Ash amó ese cumpleaños.
- No sabes tu cuanto, pero se que tu prima amará cuando yo le devuelva la jugada.
- Que rencoroso – le dije mientras sacaba el móvil del bolsillo – Lo siento, un segundo.
Salí al pasillo y contesté a la llamada, era un número que yo no tenía guardado.
- ¿Hola?
- Hola linda, soy Mark.
- Ah, hola Mark, ¿necesitas algo?
- Bueno, quería decirte que te pasaré a buscar esta noche a las 9.
Mierda, es cierto. Hoy tenía una cita con él y se me había olvidado por completo. Entré en la habitación rápidamente.
- ¿A las 9? – agarré la muñeca de Jordi y miré la hora que era en su reloj. Las 16:30 – Vale, esta bien.
- Genial, hasta luego entonces.
Colgué y me tiré en la cama. No se si estaba en condiciones para salir ahora con nadie, y menos con él. Pero era la tercera vez que lo intentábamos, y no iba a volver a joderlo.
- Me tengo que ir
- ¿Con quien tienes una cita?
- Con Tyler – respondió Ash a la pregunta de Jordi – Esta loquita de amor.

Le lancé la almohada a Ash y salí de la habitación. De nuevo las miradas de todos los chico se quedaban en mi. Ni que nunca hubieran visto a una mujer caminar. Salí de la residencia de chicos y fui rápidamente a la mía. Hoy no iba a cagarla, no tenía que hacerlo.

sábado, 24 de agosto de 2013

Capitulo 7.




Greyson se levantó de la mesa dirigiéndose hacia nosotras. Yo seguía petrificada, no conseguía moverme. No podía creer que él estuviera aquí.
- Hola princesa.
Su voz estaba mucho más grave. Subí mi mirada hacia su cara. Había cambiado tanto, ya no era el niño de 16 años que conocí. Él ahora tenía 19 y estaba muchísimo más alto. Sus rasgos se habían endurecido y varias pecas habían desaparecido. La dulzura se le había borrado por completo.
- ¿Qué haces aquí? – fue lo único que pude decir.
- Acuérdate de la promesa que  te hice en el aeropuerto.
Mi mente me llevó hasta ese momento, hasta el momento en el que lo perdí.

*
-Prométeme que volverás
Las lágrimas empezaron a aguar mis ojos a la vez que recorrían mis mejillas. Greyson me miró fijo y limpió una de ellas con su pulgar.
 -Te lo prometo. Volveré, por todos los medios. Solo por ti.
*

Sentí que todo se paralizaba. Había cumplido su promesa, había vuelto a mi. Pero ya nada era como antes, todo había cambiado. Ahora no sabía nada del Greyson que estaba delante de mí.
- ¿He llegado muy tarde?
Subí mi mirada hacia él y suspiré.
- Quizás, no lo se. Son casi tres años y nada es como era. Yo no lo soy y tú tampoco, ahora mismo no se nada de ti.
- Claro que sabes - él elevó un poco el tono de voz – Sabes lo suficiente.
Negué con la cabeza.
- No sé por qué te marchaste así sin más, y no se si lo puedes volver a hacer.
Este suspiró mientras se pasaba la mano por el pelo.
- Pero ahora estoy aquí - bajé mi mirada hacia mis manos mientras jugaba con estas - ¿Crees que lo pueda volver  a hacer?
Me quedé unos segundos sin responder para luego asentir con la cabeza y volver a elevar esta. Greyson me miró para luego desviar su mirada hacia la mesa. Caminó hasta esta y cogió todas sus cosas para, después, encaminarse hasta la puerta.
- Esto es lo que hay ___, tu decides.
Y se fue. De nuevo todo se desmontaba a mis pies. No sabía si podía volver a querer a Greyson como lo quise, o si podía volver a ponernos en peligro a los dos. “Estúpido mensaje”. Me giré hacia Dani y le hice un gesto para volver hacia la universidad, y así hicimos. No hablamos durante todo el camino, yo estaba inversa en mis propios pensamientos. Al llegar a mi habitación lo único que hice fue tirarme en la cama y volver a comerme la cabeza. De verdad había tantas preguntas a las que no podía sacarles una respuesta, y eso me martilizaba. Agarré el móvil cuando este comenzó a sonar avisándome de que tenía un nuevo mensaje.
“Bien hecho linda, no quiero volver a gastar parte de mi vida en vosotros dos. x”
Lancé el móvil contra la pared y hundí mi cabeza en la almohada. ¿Por qué solo con él? ¿Por qué a mi? Varias lagrimas empezaron a caer por mis mejilla cuando un par de golpes en la puerta me sacaron de mis pensamientos. Me incorporé en la cama rápidamente y sequé mis mejillas mientras me levantaba para abrir la puerta.
- Escuché un golpe y me he pasado para ver que pasaba.
- No te preocupes Mark, solo me he enfadado con mi hermano y he descargado mi rabia contra el móvil – sonreí de la forma más creible posible -  Todo está bien.
- ¿Segura? – pasó el dedo pulgar por mi mejilla – Estabas llorando.
-  Me duele discutir con mi hermano.
Mark sonrió de medio lado para luego abrazarme. Greyson. Mark. Otro maldito problema. Apoyé mi cabeza en su hombro y cerré los ojos. Quería olvidarme de todo, que todos los problemas se acabaran. Pero no, eso nunca pasaría. Abrí los ojos para encontrarme con Leo a unos metros de nosotros. Estaba sonriendo mientras me observaba. Articuló unas palabras a lo cual yo pude entender "Te vigilo". Me aparté suavemente de Mark sin dejar de mirar a Leo.
- Esto Mark - volví mi mirada hacia él - Tengo que ir a hablar con Leo.
- Esta bien - cerré la puerta en cuanto salimos y vi a Leo irse rápidamente - ¿Segura que está todo bien?
Asentí rápidamente y eché a correr. Malditos y largos pasillos llenos de estudiantes por todos lados. Lo encontré después de recorrerme media universidad. Lo agarré del brazo y lo metí dentro de una de los pequeños salones que había en casa residencia, cerrando detrás de mi la puerta. Ahora si, me iba a explicar todo lo que ocurría. 

martes, 20 de agosto de 2013

Capitulo 6.




- Entonces – empezó a hablar Dani mientras me devolvía el teléfono - ¿Vas a ir?
- Esa es la cosa, que no se qué hacer – guardé el móvil en mi mochila y cerré mi casillero, apoyándome contra este - ¿Me acompañarías?
- Yo… es que.. - agachó su cabeza y sonrió 
- ¿Ocurre algo Dani?
Esta me miró mientras suspiraba y se apoyaba en el casillero a mi lado. Volvió a bajar la mirada a sus manos mientras jugueteaba con ellas. 
- Ocurre que.. - se apartó un mechón de su cara y volvió a suspirar - Tengo una cita. 
Abrí mis ojos de par en par mientras Dani levantaba su mirada.
- Mi mejor amiga tiene una cita, ¿y yo no estoy enterada? – grité.
Rápidamente Dani me puso la mano en la boca y me hizo un gesto para que no gritara. Quitó su mano de mi boca y la colocó en mi brazo, haciéndome andar junto a ella. Nos metimos rápidamente en los baños, no sin antes revisar que no hubiera nadie.
- Tengo una cita con Taylor  – empezó a hablar antes de que yo pudiera ponerme a gritar o algo por el estilo – Tenemos que ir con cuidado, más que nada por Celine. Ya me tiene bastante odio como para que ahora se entere de que estoy con su ex. Me mataría.
Taylor Carter es uno de los chicos más conocidos en la universidad. Es un año mayor que nosotras, deportista y estudioso. Tiene el pelo negro lacio que le cae hacia el lado derecho y unos ojos azules increibles. Este también está en el grupo de Mark, aunque es, de todos, el que menos guerra da. Celine Ranieri es todo lo contrario a él. Rubia de ojos marrones verdosos, tiene nuestra edad y ha llegado a entrar a esta universidad por su queridísimo papi. Ella está aquí solo para conseguir un pedazo de carne que la mantenga el resto de su vida. Los estudios y el trabajar no es lo suyo
- Dani, es su ex, no tiene porqué decir nada – le sonreí - ¿A que hora tienes la cita?
- Pasa a buscarme a las nueve. Puedo ir contigo hasta las siete, más o menos.
Salimos del baño y nos fuimos a las siguientes clases. Las dos pasaron rápidas ya que no había mucha tarea que hacer. Subí rápidamente a mi habitación y me cambié de ropa {http://www.polyvore.com/cgi/set?id=93381143&.locale=es}. Hoy hacía menos frio de lo que había hecho los días anteriores, pero aún se seguía notando el tiempo invernal. Guardé mi móvil y mi cartera mientras salía de mi habitación hacia la de Dani. La puerta estaba cerrada y podía escuchar unas risas dentro. Toqué un par de veces a la puerta. Las risas habían cesado y solo escuchaba el caminar de alguien hacia la puerta. Vi a Dani asomarse levente mientras entreabría la puerta, sin dejar ver su interior.
- Ah, eres tú – abrió la puerta del todo dejándome ver a Taylor tumbado en la cama mirando hacia nosotras – Pensamos que eras la amargada de la señora Rachel.
- Pues podéis estar tranquilos. Ni me llamo Rachel ni soy una amargada, por el momento – desvié mi mirada hacia Taylor y le saludé con la mano. Este me devolvió el saludo y volví a posar mi atención en mi amiga - ¿Vamos?
- Si claro, espera.
Dani me cerró la puerta en las narices, dejándome sola en el pasillo. Me apoyé en una de las paredes al lado de la puerta. Estaba con las mismas preguntas de ayer. ¿Quien era el que me había enviado el mensaje? ¿Por qué me había llamado princesa? ¿Qué sorpresa era? Giré mi vista hacia la puerta mientras Taylor salía por esta. Me dedicó una sonrisa y se fue. No pasó mucho tiempo hasta que Dani salió.
- ¿Como estás tan tranqila? No sabes quién es el hombre o mujer que quiere verte – salimos de la residencia para dirigirnos al Starbucks – Quizá sea un violador.
Me reí ante la paranoia de mi amiga.
- Por favor Dani, no te alteres – le dije – A demás, me violaría a mi, a ti ni te tocaría señora Carter.
- Tiene razón, señora Tyler – se rió mi amiga.
Tardamos poco tiempo en llegar al lugar que indicaba el mensaje. Entramos y revisamos toda la cafetería sin ver a nadie que nos llamara la atención.
- ¿Es usted la señorita ___? – me preguntó la dependienta. Asentí levemente – Hay un chico esperándola.
Señaló hacia una de las mesas que se encontraban al lado de la ventana. Me fijé en el chico. Era el mismo que vi ayer en el gimnasio. ¿Me estaba acosando o algo por el estilo? Seguía llevando las gafas puestas y miraba hacia la ventana.
- ¿Quién es? – me preguntó Dani, pero la ignoré.
Seguí mirando hacia el chico hasta que este desvió su mirada hacia mi. Una sonrisa se dibujo en su rostro y se quitó las gafas. No podía ser él.
- ____ - Dani se colocó justo delante de mí, intentando llamar mi atención - ¿Quién es?

- Es él. – dije sin desviar mi mirada – Greyson.

sábado, 10 de agosto de 2013

Capitulo 5.




Salí de los vestuarios ya vestida con el uniforme. En el gimnasio ya no quedaba nadie. Nadie o casi nadie. Ví una figura en lo alto de las gradas. Tenía el pelo castaño, y era lo único que pude diferenciar de su rostro. Llevaba una grandes gafas negras y iba vestido con unos vaqueros rasgados, una camisa de cuadros rojos y una chaqueta negra. Me llamaba la atención pero, ¿por qué?
-¡___! –  escuché gritar a Dani, la cual entraba al gimnasio junto a los demás. Corrió hacia mi y me abrazó - ¡Has estado increíble!
- Gracias Dani – dije devolviéndole en abrazo.
- Seguro que te cogen – me dijo Ash también abrazandome - Tienen el honor de decir que sí a un bailarina increíble.
Me reí levemente ante lo que había dicho Ash.
- Los demás no pueden hacer nada contra ti – siguió Mar
Sonreí. Les estaba muy agradecida. Ellos siempre estaban aquí para apoyarme y no les pensaba defraudar. Volví mi mirada hacia las gradas, pero la figura ya no estaba. Suspiré y me volví hacia ellos de nuevo para dirigirnos hacia las residencias. Las chicas estábamos separadas de los chicos, pero las residencias estaban una al lado de la otra. Nos encontrábamos a las afueras de las puertas, a punto de entrar a la residencia de las chicas, cuando lo escuché.
- Ahora vengo – les dije mientras me alejaba – Id yendo vosotros
Me acerqué a él. Había dejado a sus amigos un par de metros más atrás, los cuales nos veían y se reían. Estúpidos.
- ___, eres increíblemente buena – me dijo a lo que yo me reí – En serio, seguro te cogen.
- Eso se intenta, Mark – le sonreí - ¿Y como es que me has ido a ver?
- Quería estar allí, apoyándote. ¿Te ha molestado?
- No, para nada, solo que no me lo esperaba – le miré unos segundos y luego le abracé, a lo que él me correspondió abrazándome por la cintura – Gracias, en serio.
- No las des pequeña – se separó de mi y me dio un pequeño beso en la mejilla – Nos vemos.
Yo solo asentí para luego entrar en la residencia. Todos estaban en la habitación de Mar, ya que era una de las más grandes. Entré intentando pasar un poco desapercibida, pero eso era imposible. Todos se me quedaron mirando con una sonrisa.
- ¿Qué?
- ¡Señora Tyler! – dijeron todos al unisono.
Yo solo me reí y me senté al lado de Anna en el sofá. Tyler era el apellido de Mark, y desde que todo esto empezó, siempre me llaman así. Aunque era algo extraño, ya que solo a Dani y Mar les caía bien. Bueno, bien, más o menos le soportaban. Pero, sinceramente, no entiendo porqué tienen odio hacia él, es un amor. Estuvimos allí hablando hasta las 20:30, hora de la cena, aunque yo no iba a ir. Me fui a mi habitación y me quedé allí mirando los estúpidos programas que echaban ahora por la tele. Escuché como mi móvil sonaba. Estiré la mano hasta conseguir agarrar el móvil y respondí a la llamada, sin fijarme siquiera en quien llamaba.
- ¿Hola?
- ¡___, cariño! – escuché su dulce voz al otro lado del teléfono
- ¡Mamá! – me incorporé rápidamente en la cama - ¿Cómo estás? ¿Qué tal va todo? ¿Cómo se porta Joel? ¿Lleva muchas chicas? Dile que vaya con precaución, no quiero ser tía aún.
Escuché la sonora carcajada de mi madre al otro lado del teléfono.
- Yo estoy muy bien, y todo va bien también. Joel se porta como el adolescente de casi 17 años que es. ¿Chicas? Alguna, pero no abusa. Y tranquila, yo se lo digo, tampoco quiero ser abuela. – noté como sonreía, a lo que yo también sonreí - ¿Tu como lo llevas todo? ¿Ya has empezado las pruebas?
- Todo bien, y sí, ya las he empezado.
Estuve hablando con ella así como una hora. Adoraba a mi madre, y la echaba muchísimo de menos, igual que a mi hermano. Me dijo que Joel me llamaría algún día, que el también me echaba de menos. Colgué y volví mi vista a la televisión para seguir cambiando de canales. Agarré de nuevo mi móvil cuando este empezó a vibrar, era un mensaje de un número desconocido.
“¡Te tengo una sorpresa princesa!  Ve mañana a las 6 de la tarde Starbucks que queda a 10 minutos de tu internado.”

¿Sorpresa? ¿Princesa? ¿Qué era esto?

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Dejo este pequeño mensaje para avisaros de que subo dos capítulos ya que puede que la semana que viene no pueda subir capitulo ya que me voy de viaje. Espero que os gusten mucho y tambien espero vuestra opinión. Un beso:)