Una chica. Un chico. Diferentes paises. Ella es terca. Él es adorable. Miles de secretos y un solo problema. Ella tiene miedo al amor. Él quiere enamorarla.

lunes, 23 de septiembre de 2013

Capitulo 11.




Ya habían pasado un par de semanas desde entonces. Había tenido una segunda cita con Mark, esta vez más tranquila, y ahora todo el internado me conocía por “La novia de Tyler”. Mientras tanto, Dani había empezado también algo serio con Taylor. Era martes, y hoy tenía la ante penúltima prueba. Con esta sabría si podría tener alguna posibilidad o no de seguir en este internado.
- ¿Y que teníais que preparar para esta vez? – habló Jordi con un trozo de bocadillo en la boca - ¿Vals? ¿Ballet?
- El Vals lo hicimos la semana pasada, y no hables con la boca abierta – le di un golpe en la barbilla mientras el se quejaba – Además, a partir de ahora elegimos nosotros.
- ¿Y que vas a hacer?
- Sigo en mi camino con el hip-hop y el funky – le di un mordisco a la manzana – Eso con lo que de verdad estoy segura.
- Lo harás genial
Por primera vez en media hora Dani se había dignado a hablar. Siempre que estaba con Taylor, el mundo desaparecía para ella. No tenía nada en contra de su relación, solo pedía que mi mejor amiga dejara de ignorarme tanto. Noté una mano cálida en mi hombro que me hizo voltearme.
- Disculpen, pero les robo a la princesa.
- Déjate de ñoñerías, Mark – me levanté cargando mi mochila al hombro – Luego nos vemos chicos.
Salimos del comedor para encaminarnos hacia las taquillas. Quedaba poco menos de 10 minutos para empezar las clases, así que fui a recoger todo lo que necesitaba.
- Esta tarde tienes lo de la prueba, ¿cierto?
Asentí mientras guardaba y sacaba algunos libros.
- ¿A que hora acabas?
- Sobre las 7, más o menos – cerré la taquilla y me giré hacia él - ¿No estás allí?
- Tengo un par de cosas que hacer, así que dudo poder ir. Pero intentaré estar allí para las 7, sino ya hablaremos – el timbre de vuelta a clase sonó llamando nuestra atención – Luego hablamos.
 Me dio un rápido beso en los labios para luego irse a toda prisa, pero no hacia las clases. Iba en sentido contrario, hacia la salida de emergencia.
- ¿Vamos ___?
- Mar – me volví hacia ella – Necesito que me cubras, que digas que estoy mala o algo. No puedo ir a clase.
Mark llevaba varios días muy raro, y yo quería saber lo que ocurría. Quizá seguirle no era lo mejor que podía hacer, pero sabía que él no me lo iba a contar, sino ya me lo hubiera dicho.
- ¿Ocurre algo? – Mar frunció el ceño – Nunca te has saltado una clase.
- Tengo que averiguar una cosa, solo será esta vez.
Vi como asentía sin estar muy segura de ello. Giré para seguir el mismo camino que Mark había tomado. No sabía dónde estaba, pero había escuchado la puerta de emergencia cerrarse, así que no estaría muy lejos. Me adentré por el pasillo que había antes de llegar al exterior, pero me paré antes de salir.
- … y se lo va tragando, poco a poco, de momento no hay ningún problema.
Era la voz de Mark, pero no estaba solo. Me asomé levemente para poder ver otra dos figuras, las dos de espaldas a mi.
- Espero que ese idiota no intervenga – habló una de las dos, la más alta de ellas – Sino tendré que enseñarle de nuevo las normas.
- No hay que enseñarle nada, Dylan – la grave voz de la segunda figura se escuchó fuerte a pesar de que no estaba gritando – Mark sabe todo lo que tiene que hacer.
- Así es señor, su hija está totalmente controlada.
¿Quien era su hija? Me giré para volver a entrar, pero mi torpeza se hizo de notar en ese momento. Varias botellas se encontraban esparcidas por el camino, las cuales empezaron a rodar cuando me tropecé con una de ellas. Escuché los pasos venir hacia aquí haciendo que corriera y entrara justo cuando un chico rubio se asomaba seguido de Mark. No me habían visto.


martes, 10 de septiembre de 2013

Capitulo 10.




- ¿Hace cuanto estáis juntos?
Era mitad de noche y yo había salido a tomar el aire mientras Mark hablaba con, por lo que me había contado, unos viejos amigos de la familia. Estaba apoyada en la pared mientras miraba la luna delante de mí. Hoy hacía una noche preciosa. Seguro que otra pareja la esta disfrutando mucho mejor que yo.
- No estamos juntos.
- Vaya – Greyson sacó un cigarro de su chaqueta y lo encendió – Pues todos deducen que si.
- Pues deducen mal – suspiré y giré mi cabeza hacia él - ¿Desde cuando fumas?
- Un par de años.
 Volví de nuevo mi mirada hacia la luna. Él no era el Greyson del que yo me había enamorado, no era mi dulce chico de 16 años. ¿Cómo podía haber cambiado tanto en tan poco tiempo? Me incorporé y empecé a caminar hacia la entrada, pero una mano se cerró alrededor de mi muñeca obligándome a parar.
- Escúchame – se colocó delante de mí mientras me miraba fijamente a los ojos – Mark es un gran amigo mío, pero no es un buen chico. A ti te parecerá todo lo contrario, como a todas sus novias, o ahora sus ex novias, pero no lo es. Te aconsejo que no entables nada serio con él.
- ¿Y por qué debería hacerte caso? No ha hecho nada que implique que sea como tu dices que es.
Greyson suspiró pesadamente.
- Y no lo hará, hasta que estéis juntos – agarró mi barbilla haciendo que le mirara – Hazme caso por una vez.
- No puedo hacerte caso – quité su mano de mi barbilla - Tampoco sé como eres tú ahora ni lo que puedes hacer. Quizá solo quieras que no me junte con él para tener más oportunidades conmigo.
Pasó una mano por su pelo mientras daba una última calada y tiraba el cigarro al suelo. Me miró de nuevo y negó.
- No me vas a creer, ¿verdad?
Desvié mi mirada de nuevo hacia la luna. No podía creerle, él no era mi Greyson, yo no conozco a el nuevo Greyson. Suspiré pesadamente, pero no respondí.
- Esta bien, no voy a insistir. Haz lo que quieras.
Se metió rápidamente en el edificio dando una fuerte sacudida a la puerta. No comprendía por qué tenía que temer a Mark, él no era mal chico. El resto de noche pasó con más tranquilidad. Decidimos irnos de allí y terminamos cenando a las 12 de la noche en un McDonalds. Era la 1 y media de la madrugada cuando Mark me acompañó a mi habitación. Gracias a Dios los fines de semana no había horario de entrada al internado, por lo que podías llegar cuando quisieras.
- Bueno, ¿y qué tal lo has pasado?
- Bastante entretenido – me apoyé en la puerta mientras me quitaba los zapatos – Pero tengo los pies molidos.
- Nunca entenderé porqué lleváis esas cosas – se acercó a mi rodeándome por la cintura – A mi me atraen los pantalones de chándal y las deportivas gastadas.
Reí mientras pasaba mis brazos por sus hombros.
- Lo tomaré en cuenta para la próxima vez.
- ¿Qué tal una próxima vez en una playa desierta? – se acercó a mi mientras sonreía – Tú en biquini y nada que nos pueda interrumpir, es perfecto.
Se acercó del todo a mi para unir nuestra bocas. Cada vez estábamos más pegados, ni un soplo de aire conseguiría pasar por allí, ni nadie podría separarnos. Sus ojos estaban cerrados, pero la imagen de sus ojos marrones con varias pecas debajo de estos estaba en mi cabeza. Nos separamos al no tener aire y conseguí ver de nuevo su rostro, pero sus ojos eran azules y las pecas habían desaparecido.
- Mañana hablamos, ¿si?
Asentí con la cabeza. Mark se volvió a acercar a mi para darme un leve beso en los labios y luego marcharse. Entré a mi habitación y tiré todo encima de la silla de estudio para luego hacer lo mismo conmigo pero en la cama.
“No es un buen chico. Hazme caso por una vez”

- No es un mal chico – susurré para mi misma - No lo es.

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Bueno, os dejo este pequeño aviso aquí. El lunes que viene empiezo el nuevo curso, y, no es complicado, pero si tengo que ponerme las pilas y sacarlo lo mejor que pueda. Entonces, a partir del 16, empezare a subir 1 capitulo por semana, que seguramente será en el fin de semana. Si una semana no subo capítulo, subiré dos la semana siguiente. Y también os pido perdón por no haber subido antes, pero no he podido conectarme. Espero que os guste y que sigais disfrutando de la novela

martes, 3 de septiembre de 2013

Capitulo 9.




Solo quedaban 10 minutos para que Mark pasara a recogerme. No sabía donde íbamos a ir, lo único que me había aclarado era que tenía que ir un poco formal, así que tuve que apañármelas con los pocos vestidos que tenía para ir adecuada {http://www.polyvore.com/cgi/set?id=96166162&.locale=es} Había decidido recogerme el pelo en un moño alto, dejando algunos mechones sueltos, y un poco de maquillaje por la cara. No mucho, nunca pretendo exagerar. Guardé todo en el bolso y me coloqué los zapatos al tiempo que alguien llamaba a la puerta.
- Preciosa – Mark me cogió la mano haciéndome girar sobre mi propio eje – O quizás esa palabra se quede escasa.
Sonreí tímidamente mientras cerraba la puerta de la habitación. Mark había venido en su gran Audi plateado, el cual nos servía de mucha ayuda ya que el lugar de la cita quedaba bastante lejos.
- ¿Qué es esto? – pregunté al bajar del auto.
Un edificio completamente blanco se alzaba delante nuestra. No había ningún cartel que nos indicara que era, solo la fachada de este con una puerta giratoria que daba al interior.
- Ya lo verás cuando entremos – entrelazó los dedos con los míos mientras comenzábamos a andar – Seguro que te encantará.
Y así fue. El blanco de las paredes seguía apareciendo en el interior de este, pero ahora estaban decoradas con miles de cuadros y esculturas. No había mucha gente allí, pero se podía ver que toda era de un clase bastantealta. Por ello me había pedido que viniera formal.
- Sabía que te gustaba el arte – dijo Mark mientras pasaba su mano por mi cintura – Así que pensé en esto. No es una galería local, por lo que solo saben que existe las personas más lujosas.
- Como tú.
- Como yo.
Pasamos horas allí dentro contemplando cada obra de la sala. Todas y cada una de ellas eran preciosas. Me asombraba como una sola persona podía plasmar tanta belleza en un simple folio blanco o en un trozo de barro. Escuché a Mark hablar con otra persona detrás de mí, pero no me pretendía girar. Estaba absorta en uno de los cuadros más fascinantes que había visto nunca.
- ___ - me llamó al poco rato – Ven, quiero presentarte.
Tarde unos segundos en darme la vuelta, y me arrepentí de ello. Me acerqué a Mark con la copa de vino tinto temblándome entre las manos.
- Linda – pasó de nuevo la mano por mi cintura, mientras con la otra sostenía su copa – Él es Christian, amigo de los últimos años de instituto.
Señaló con la copa a un chico alto y corpulento, de pelo corto castaño y ojos grisáceos. Le sonreí mientras inclinaba levemente mi cabeza, al igual que él.
- Este es Tristan, compartimos varias clases en la secundaria.
De nuevo guió la copa para pararse en un chico rubio de ojos entre verdes y marrones. No era muy alto, estaría cerca del 1’75, pero tenía mucha anchura. Le dediqué, al igual que al otro, una sonrisa, y este me correspondió con otra.
- Y por último Greyson, el gran Chance.
Fue allí cuando se desmontó mi noche. Quería una cita tranquila con Mark, olvidarme de todos los problemas y pasarlo bien, pero tenía que aparecer él. Él con su enorme sonrisa de gratitud. Al parecer esta situación le gustaba, mientras yo estaba deseando salir de allí corriendo.
- Sí, ya nos conocemos – habló él.
- ¿Sí? – asentí mientras Mark me miraba interrogante - ¿De que?
- Greyson vino hace unos años de intercambio a mi escuela, aunque nunca nos llevamos del todo bien.
Vi como quiso hablar, pero apretó la mandíbula y no dijo nada. Su sonrisa había desaparecido durante unos segundos, pero no tardó mucho en volver a su cara. Suspiré débilmente sin hacerme notar. Aún estaba a tiempo de arreglar la noche, pero primero había algo de lo que tenía mucha curiosidad.
- ¿Y vosotros de que os conocéis?
- De hace mucho tiempo, quizá desde los 2 años – me respondió Greyson.
Miré a Mark mientras este solo observaba al pecoso con una gran sonrisa.
- O de antes - rió este.
- Como para acordarnos.
Greyson y Mark se echaron un par de risas.Estaba feliz de verle, ¿por qué? No tardó mucho en bajar la mirada hacia mi y asentir con entusiasmo.
- Él es mi mejor amigo.
Mierda.

viernes, 30 de agosto de 2013

Capitulo 8.




- Ya estas soltándolo todo
Me crucé de brazos enfrente suyo mientras esperaba una explicación de su parte, pero solo obtuve una carcajada.
- ¿Soltarte el qué?
- ¿Por qué me vigilas?
Leo enarcó una ceja.
- Porque quiero.
Le miré aun más enfadada y confusa. ¿Esto que era, una broma? Ni forma, esto no era porque el quisiera, tenía que haber alguna otra razón.
- Vuelvo a preguntártelo, ¿por qué me vigilas?
- Ya te lo he dicho - se encogió de hombros mientras yo seguía intentando matarlo con la mirada - Bueno, por eso, y porque soy un mandado.
Terminó de decirlo rápidamente e intentó irse por mi lateral, pero reaccioné antes de que pudiera hacer nada y me coloqué delante suyo impidiéndole el paso.
- ¿Un mandado de quien?
- Pues un mandado de una persona – me dio un leve toqué en la barbilla mientras se acercaba a mi – Alguien que no quiere que hagas cosas que no debes hacer, que no quiere que te juntes con personas con las que no debes. Que te quiere proteger.
Salió de la habitación sin ninguna dificultad ya que yo estaba completamente en sock. ¿Protegerme de qué? Pasé el resto del día intentando sacar alguna conclusión, alguna respuesta, pero era imposible. Y en la noche tampoco dormí, así que al día siguiente parecía salida de una tumba. Gracias a dios era sábado y no teníamos que ir a clases. Me duché rápidamente y me puse un poco de antiojeras. Odiaba las bolsas que se formaban debajo de mis ojos cuando no dormía. Me vestí rápidamente {http://www.polyvore.com/cgi/set?id=95776038&.locale=es} y salí hacia la habitación de Dani. De alguna forma necesitaba distraerme, pero ella estaba bastante más distraída que yo. Estaba junto a Taylor en la puerta de su habitación. Gracias a dios no se estaban comiendo las bocas, pero poco les faltaba para ello, así que decidí no interrumpir y me marché de allí. Salí de la residencia y se me pasó por la cabeza ir a ver a alguien. Me adentré en la residencia de los chicos seguida por miles de miradas. Era normal que un chico entrara en nuestra residencia, pero nunca que una chica entrara en la suya. Subí hasta la segunda planta y llamé a la puerta numero 23. En ese piso estaban las habitaciones compartidas. Ash abrió la puerta lentamente mientras se me quedaba mirando.
- Necesito distracción y Dani esta con su nuevo amor.
Ash se rió y me dejó pasar. Su habitación estaba hecha un auténtico desastre, pero no importaba.
- ¡___! – Jordi vino a abrazarme rápidamente - ¡Que alegría verte por aquí!
- Que alegría me da a mi verte vivo – este rió - ¿Qué te ha pasado?
- Estaba malo
Me senté en la cama al lado de Jordi mientras Ash se sentaba en el sofá a jugar a la consola. Estos dos chicos eran tan diferentes y a la vez tan iguales. Ash era alto y muy ancho, de pelo castaño oscuro y ojos marrones. Su forma de vestir era muy despreocupada, siempre se ponía lo primero que veía y nunca se peinaba. Amaba llevar gorras y, en invierno, gorros de lana. Jordi en cambio era muy delgadito y no tan alto, se acercaba al 1’70 escasamente. Tenía el pelo rubio y los ojos miel. Su ropa era toda de marca y siempre iba bien conjuntado, a la vez que tardaba una eternidad en peinarse y estar listo. Pero los dos amaban el deporte, los videojuegos y las fiestas, y ninguno de los dos sabía lo que la palabra “orden” significaba.
- Bueno señorita – me sacó Jordi de mis pensamientos - ¿Para que has venido?
- Necesito distracciones y pensé en vosotros – miré a Ash y luego a Jordi de nuevo – Pero veo que tendría que haber pensado solo en ti.
- Lleva toda la mañana así. A mi me gusta también ese juego, pero lo suyo ya es locura.
- Necesito pasar el nivel como sea – dijo Ash sin dejar de mirar la pantalla – Así que dejar de cuchichear sobre mi.
Jordi me miró y empezó a hacer movimientos de locura refiriéndose a Ash. Pasé toda la mañana con ellos, eran un buen apoyo, o al menos una buena ayuda para dejar de pensar en todos los problemas que tenía.
- Y allí fue cuando mi prima agarró a Ash y lo tiró contra la tarta – me reí a carcajadas con la historia – Se que Ash amó ese cumpleaños.
- No sabes tu cuanto, pero se que tu prima amará cuando yo le devuelva la jugada.
- Que rencoroso – le dije mientras sacaba el móvil del bolsillo – Lo siento, un segundo.
Salí al pasillo y contesté a la llamada, era un número que yo no tenía guardado.
- ¿Hola?
- Hola linda, soy Mark.
- Ah, hola Mark, ¿necesitas algo?
- Bueno, quería decirte que te pasaré a buscar esta noche a las 9.
Mierda, es cierto. Hoy tenía una cita con él y se me había olvidado por completo. Entré en la habitación rápidamente.
- ¿A las 9? – agarré la muñeca de Jordi y miré la hora que era en su reloj. Las 16:30 – Vale, esta bien.
- Genial, hasta luego entonces.
Colgué y me tiré en la cama. No se si estaba en condiciones para salir ahora con nadie, y menos con él. Pero era la tercera vez que lo intentábamos, y no iba a volver a joderlo.
- Me tengo que ir
- ¿Con quien tienes una cita?
- Con Tyler – respondió Ash a la pregunta de Jordi – Esta loquita de amor.

Le lancé la almohada a Ash y salí de la habitación. De nuevo las miradas de todos los chico se quedaban en mi. Ni que nunca hubieran visto a una mujer caminar. Salí de la residencia de chicos y fui rápidamente a la mía. Hoy no iba a cagarla, no tenía que hacerlo.

sábado, 24 de agosto de 2013

Capitulo 7.




Greyson se levantó de la mesa dirigiéndose hacia nosotras. Yo seguía petrificada, no conseguía moverme. No podía creer que él estuviera aquí.
- Hola princesa.
Su voz estaba mucho más grave. Subí mi mirada hacia su cara. Había cambiado tanto, ya no era el niño de 16 años que conocí. Él ahora tenía 19 y estaba muchísimo más alto. Sus rasgos se habían endurecido y varias pecas habían desaparecido. La dulzura se le había borrado por completo.
- ¿Qué haces aquí? – fue lo único que pude decir.
- Acuérdate de la promesa que  te hice en el aeropuerto.
Mi mente me llevó hasta ese momento, hasta el momento en el que lo perdí.

*
-Prométeme que volverás
Las lágrimas empezaron a aguar mis ojos a la vez que recorrían mis mejillas. Greyson me miró fijo y limpió una de ellas con su pulgar.
 -Te lo prometo. Volveré, por todos los medios. Solo por ti.
*

Sentí que todo se paralizaba. Había cumplido su promesa, había vuelto a mi. Pero ya nada era como antes, todo había cambiado. Ahora no sabía nada del Greyson que estaba delante de mí.
- ¿He llegado muy tarde?
Subí mi mirada hacia él y suspiré.
- Quizás, no lo se. Son casi tres años y nada es como era. Yo no lo soy y tú tampoco, ahora mismo no se nada de ti.
- Claro que sabes - él elevó un poco el tono de voz – Sabes lo suficiente.
Negué con la cabeza.
- No sé por qué te marchaste así sin más, y no se si lo puedes volver a hacer.
Este suspiró mientras se pasaba la mano por el pelo.
- Pero ahora estoy aquí - bajé mi mirada hacia mis manos mientras jugaba con estas - ¿Crees que lo pueda volver  a hacer?
Me quedé unos segundos sin responder para luego asentir con la cabeza y volver a elevar esta. Greyson me miró para luego desviar su mirada hacia la mesa. Caminó hasta esta y cogió todas sus cosas para, después, encaminarse hasta la puerta.
- Esto es lo que hay ___, tu decides.
Y se fue. De nuevo todo se desmontaba a mis pies. No sabía si podía volver a querer a Greyson como lo quise, o si podía volver a ponernos en peligro a los dos. “Estúpido mensaje”. Me giré hacia Dani y le hice un gesto para volver hacia la universidad, y así hicimos. No hablamos durante todo el camino, yo estaba inversa en mis propios pensamientos. Al llegar a mi habitación lo único que hice fue tirarme en la cama y volver a comerme la cabeza. De verdad había tantas preguntas a las que no podía sacarles una respuesta, y eso me martilizaba. Agarré el móvil cuando este comenzó a sonar avisándome de que tenía un nuevo mensaje.
“Bien hecho linda, no quiero volver a gastar parte de mi vida en vosotros dos. x”
Lancé el móvil contra la pared y hundí mi cabeza en la almohada. ¿Por qué solo con él? ¿Por qué a mi? Varias lagrimas empezaron a caer por mis mejilla cuando un par de golpes en la puerta me sacaron de mis pensamientos. Me incorporé en la cama rápidamente y sequé mis mejillas mientras me levantaba para abrir la puerta.
- Escuché un golpe y me he pasado para ver que pasaba.
- No te preocupes Mark, solo me he enfadado con mi hermano y he descargado mi rabia contra el móvil – sonreí de la forma más creible posible -  Todo está bien.
- ¿Segura? – pasó el dedo pulgar por mi mejilla – Estabas llorando.
-  Me duele discutir con mi hermano.
Mark sonrió de medio lado para luego abrazarme. Greyson. Mark. Otro maldito problema. Apoyé mi cabeza en su hombro y cerré los ojos. Quería olvidarme de todo, que todos los problemas se acabaran. Pero no, eso nunca pasaría. Abrí los ojos para encontrarme con Leo a unos metros de nosotros. Estaba sonriendo mientras me observaba. Articuló unas palabras a lo cual yo pude entender "Te vigilo". Me aparté suavemente de Mark sin dejar de mirar a Leo.
- Esto Mark - volví mi mirada hacia él - Tengo que ir a hablar con Leo.
- Esta bien - cerré la puerta en cuanto salimos y vi a Leo irse rápidamente - ¿Segura que está todo bien?
Asentí rápidamente y eché a correr. Malditos y largos pasillos llenos de estudiantes por todos lados. Lo encontré después de recorrerme media universidad. Lo agarré del brazo y lo metí dentro de una de los pequeños salones que había en casa residencia, cerrando detrás de mi la puerta. Ahora si, me iba a explicar todo lo que ocurría. 

martes, 20 de agosto de 2013

Capitulo 6.




- Entonces – empezó a hablar Dani mientras me devolvía el teléfono - ¿Vas a ir?
- Esa es la cosa, que no se qué hacer – guardé el móvil en mi mochila y cerré mi casillero, apoyándome contra este - ¿Me acompañarías?
- Yo… es que.. - agachó su cabeza y sonrió 
- ¿Ocurre algo Dani?
Esta me miró mientras suspiraba y se apoyaba en el casillero a mi lado. Volvió a bajar la mirada a sus manos mientras jugueteaba con ellas. 
- Ocurre que.. - se apartó un mechón de su cara y volvió a suspirar - Tengo una cita. 
Abrí mis ojos de par en par mientras Dani levantaba su mirada.
- Mi mejor amiga tiene una cita, ¿y yo no estoy enterada? – grité.
Rápidamente Dani me puso la mano en la boca y me hizo un gesto para que no gritara. Quitó su mano de mi boca y la colocó en mi brazo, haciéndome andar junto a ella. Nos metimos rápidamente en los baños, no sin antes revisar que no hubiera nadie.
- Tengo una cita con Taylor  – empezó a hablar antes de que yo pudiera ponerme a gritar o algo por el estilo – Tenemos que ir con cuidado, más que nada por Celine. Ya me tiene bastante odio como para que ahora se entere de que estoy con su ex. Me mataría.
Taylor Carter es uno de los chicos más conocidos en la universidad. Es un año mayor que nosotras, deportista y estudioso. Tiene el pelo negro lacio que le cae hacia el lado derecho y unos ojos azules increibles. Este también está en el grupo de Mark, aunque es, de todos, el que menos guerra da. Celine Ranieri es todo lo contrario a él. Rubia de ojos marrones verdosos, tiene nuestra edad y ha llegado a entrar a esta universidad por su queridísimo papi. Ella está aquí solo para conseguir un pedazo de carne que la mantenga el resto de su vida. Los estudios y el trabajar no es lo suyo
- Dani, es su ex, no tiene porqué decir nada – le sonreí - ¿A que hora tienes la cita?
- Pasa a buscarme a las nueve. Puedo ir contigo hasta las siete, más o menos.
Salimos del baño y nos fuimos a las siguientes clases. Las dos pasaron rápidas ya que no había mucha tarea que hacer. Subí rápidamente a mi habitación y me cambié de ropa {http://www.polyvore.com/cgi/set?id=93381143&.locale=es}. Hoy hacía menos frio de lo que había hecho los días anteriores, pero aún se seguía notando el tiempo invernal. Guardé mi móvil y mi cartera mientras salía de mi habitación hacia la de Dani. La puerta estaba cerrada y podía escuchar unas risas dentro. Toqué un par de veces a la puerta. Las risas habían cesado y solo escuchaba el caminar de alguien hacia la puerta. Vi a Dani asomarse levente mientras entreabría la puerta, sin dejar ver su interior.
- Ah, eres tú – abrió la puerta del todo dejándome ver a Taylor tumbado en la cama mirando hacia nosotras – Pensamos que eras la amargada de la señora Rachel.
- Pues podéis estar tranquilos. Ni me llamo Rachel ni soy una amargada, por el momento – desvié mi mirada hacia Taylor y le saludé con la mano. Este me devolvió el saludo y volví a posar mi atención en mi amiga - ¿Vamos?
- Si claro, espera.
Dani me cerró la puerta en las narices, dejándome sola en el pasillo. Me apoyé en una de las paredes al lado de la puerta. Estaba con las mismas preguntas de ayer. ¿Quien era el que me había enviado el mensaje? ¿Por qué me había llamado princesa? ¿Qué sorpresa era? Giré mi vista hacia la puerta mientras Taylor salía por esta. Me dedicó una sonrisa y se fue. No pasó mucho tiempo hasta que Dani salió.
- ¿Como estás tan tranqila? No sabes quién es el hombre o mujer que quiere verte – salimos de la residencia para dirigirnos al Starbucks – Quizá sea un violador.
Me reí ante la paranoia de mi amiga.
- Por favor Dani, no te alteres – le dije – A demás, me violaría a mi, a ti ni te tocaría señora Carter.
- Tiene razón, señora Tyler – se rió mi amiga.
Tardamos poco tiempo en llegar al lugar que indicaba el mensaje. Entramos y revisamos toda la cafetería sin ver a nadie que nos llamara la atención.
- ¿Es usted la señorita ___? – me preguntó la dependienta. Asentí levemente – Hay un chico esperándola.
Señaló hacia una de las mesas que se encontraban al lado de la ventana. Me fijé en el chico. Era el mismo que vi ayer en el gimnasio. ¿Me estaba acosando o algo por el estilo? Seguía llevando las gafas puestas y miraba hacia la ventana.
- ¿Quién es? – me preguntó Dani, pero la ignoré.
Seguí mirando hacia el chico hasta que este desvió su mirada hacia mi. Una sonrisa se dibujo en su rostro y se quitó las gafas. No podía ser él.
- ____ - Dani se colocó justo delante de mí, intentando llamar mi atención - ¿Quién es?

- Es él. – dije sin desviar mi mirada – Greyson.

sábado, 10 de agosto de 2013

Capitulo 5.




Salí de los vestuarios ya vestida con el uniforme. En el gimnasio ya no quedaba nadie. Nadie o casi nadie. Ví una figura en lo alto de las gradas. Tenía el pelo castaño, y era lo único que pude diferenciar de su rostro. Llevaba una grandes gafas negras y iba vestido con unos vaqueros rasgados, una camisa de cuadros rojos y una chaqueta negra. Me llamaba la atención pero, ¿por qué?
-¡___! –  escuché gritar a Dani, la cual entraba al gimnasio junto a los demás. Corrió hacia mi y me abrazó - ¡Has estado increíble!
- Gracias Dani – dije devolviéndole en abrazo.
- Seguro que te cogen – me dijo Ash también abrazandome - Tienen el honor de decir que sí a un bailarina increíble.
Me reí levemente ante lo que había dicho Ash.
- Los demás no pueden hacer nada contra ti – siguió Mar
Sonreí. Les estaba muy agradecida. Ellos siempre estaban aquí para apoyarme y no les pensaba defraudar. Volví mi mirada hacia las gradas, pero la figura ya no estaba. Suspiré y me volví hacia ellos de nuevo para dirigirnos hacia las residencias. Las chicas estábamos separadas de los chicos, pero las residencias estaban una al lado de la otra. Nos encontrábamos a las afueras de las puertas, a punto de entrar a la residencia de las chicas, cuando lo escuché.
- Ahora vengo – les dije mientras me alejaba – Id yendo vosotros
Me acerqué a él. Había dejado a sus amigos un par de metros más atrás, los cuales nos veían y se reían. Estúpidos.
- ___, eres increíblemente buena – me dijo a lo que yo me reí – En serio, seguro te cogen.
- Eso se intenta, Mark – le sonreí - ¿Y como es que me has ido a ver?
- Quería estar allí, apoyándote. ¿Te ha molestado?
- No, para nada, solo que no me lo esperaba – le miré unos segundos y luego le abracé, a lo que él me correspondió abrazándome por la cintura – Gracias, en serio.
- No las des pequeña – se separó de mi y me dio un pequeño beso en la mejilla – Nos vemos.
Yo solo asentí para luego entrar en la residencia. Todos estaban en la habitación de Mar, ya que era una de las más grandes. Entré intentando pasar un poco desapercibida, pero eso era imposible. Todos se me quedaron mirando con una sonrisa.
- ¿Qué?
- ¡Señora Tyler! – dijeron todos al unisono.
Yo solo me reí y me senté al lado de Anna en el sofá. Tyler era el apellido de Mark, y desde que todo esto empezó, siempre me llaman así. Aunque era algo extraño, ya que solo a Dani y Mar les caía bien. Bueno, bien, más o menos le soportaban. Pero, sinceramente, no entiendo porqué tienen odio hacia él, es un amor. Estuvimos allí hablando hasta las 20:30, hora de la cena, aunque yo no iba a ir. Me fui a mi habitación y me quedé allí mirando los estúpidos programas que echaban ahora por la tele. Escuché como mi móvil sonaba. Estiré la mano hasta conseguir agarrar el móvil y respondí a la llamada, sin fijarme siquiera en quien llamaba.
- ¿Hola?
- ¡___, cariño! – escuché su dulce voz al otro lado del teléfono
- ¡Mamá! – me incorporé rápidamente en la cama - ¿Cómo estás? ¿Qué tal va todo? ¿Cómo se porta Joel? ¿Lleva muchas chicas? Dile que vaya con precaución, no quiero ser tía aún.
Escuché la sonora carcajada de mi madre al otro lado del teléfono.
- Yo estoy muy bien, y todo va bien también. Joel se porta como el adolescente de casi 17 años que es. ¿Chicas? Alguna, pero no abusa. Y tranquila, yo se lo digo, tampoco quiero ser abuela. – noté como sonreía, a lo que yo también sonreí - ¿Tu como lo llevas todo? ¿Ya has empezado las pruebas?
- Todo bien, y sí, ya las he empezado.
Estuve hablando con ella así como una hora. Adoraba a mi madre, y la echaba muchísimo de menos, igual que a mi hermano. Me dijo que Joel me llamaría algún día, que el también me echaba de menos. Colgué y volví mi vista a la televisión para seguir cambiando de canales. Agarré de nuevo mi móvil cuando este empezó a vibrar, era un mensaje de un número desconocido.
“¡Te tengo una sorpresa princesa!  Ve mañana a las 6 de la tarde Starbucks que queda a 10 minutos de tu internado.”

¿Sorpresa? ¿Princesa? ¿Qué era esto?

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Dejo este pequeño mensaje para avisaros de que subo dos capítulos ya que puede que la semana que viene no pueda subir capitulo ya que me voy de viaje. Espero que os gusten mucho y tambien espero vuestra opinión. Un beso:)


Capitulo 4.




Me coloqué delante de mi caballete, con Ash en el caballete de al lado. Me encantaba esta clase, siempre había amado todo lo relacionado con arte. Música, pintura, fotografía, para mi eso era vida.
- Bueno alumnos, hoy van a trabajar en parejas – dijo el profesor mientras se colocaba en frente nuestra con la liste de los nombres – Natalie con Saul. Lidia con Loraine. Mark con Cristhy.
Vi los ojos de Mark abrirse como platos para luego mirar a su compañera. Cristy era una chica un tanto extraña. Siempre vestía con colores llamativos a la vez que llevaba collares y pulseras con pinchos. Sus zapatos siempre negros y, normalmente, botas altas. Tenía el pelo teñido de rojo fuego. No se relacionaba, pero todo el mundo sabía de sus existencia. Al igual que sabían que no era buena idea meterse con ella si no querías acabar en el hospital.
- Daniel con Ash. Paul con ___. Nathan con Tamara. – cerró la lista y nos miró a todos – Es un dibujo en equipo. Quiero que se pongan de acuerdo en lo que quieren hacer y plasmarlo al papel. Nada de discusiones, peleas o cosas por el estilo, ¿entendido?
Todos asentimos y nos colocamos con nuestra respectiva pareja. Paul era enorme, literalmente. Medía cerca de los 2 metros y tenía unos hombros que parecían sacados de un buey. Pero era una persona increíblemente buena. Hicimos el trabajo sin ninguna dificultad, terminando los primeros de todos con el visto bueno del profesor hacia nuestro dibujo. Me acerqué a ver el dibujo de Cristy y Mark. Era.. era.. extraño.
- ¿Qué es? – pregunté haciendo que los dos se giraran a verme
- Representa el odio, la furia.. – dijo Cristy girándose a seguir con el dibujo – ..el miedo.
Miré a Mark, el cual también me miraba. Se acercó a mi y me susurró para que ella no nos escuchara.
- No entiendo a esta chica, ____ – se giró a mirarla y me miró de nuevo – Sálvame.
Me reí levemente y puse mis manos en sus hombros.
- Quedan 10 minutos, vivirás.
Le sonreí y me volví a mi sitio. El resto del tiempo me dediqué a hablar con Paul. De verdad era un tio divertidísimo, aunque por fuera parezca todo un burro. Esperé a Ash en la puerta de clase en cuanto el timbre sonó y fuimos hacia la salida de la universidad, donde nos esperaban todos los demás. Estuvimos unos minutos allí hasta que me di cuenta de que hora era.
- Chicos, tengo las pruebas en 15 minutos. – colgué mi mochila al hombro – Nos vemos.
- Espera ___ – dijo Dani colocándose al lado mío – Eres mi mejor amiga, quiero estar allí apoyándote.
Le sonreí y la abracé para luego ir hacia el gimnasio. Allí se hacían todos los años las pruebas. Dani se sentó en la grada más cercana a la pista, mientras que yo me fui al vestuario a cambiarme de ropa. Guardé mi mochila en el casillero y saqué toda la ropa. Había unas 50 chicas haciendo estas pruebas, más luego unos 30 chicos. Y solo daban 30 plazas. Hacerlo lo mejor que pudiera no me bastaría, tenía que ser la mejor. Tenía que conseguirlo. Salí de allí ya vestida {http://www.polyvore.com/cgi/set?id=92153879} y me senté junto a las demás chicas esperando mi turno. Miraba cada persona que pasaba, cada paso que daba. Todo eran increíbles, esta vez lo iba a tener mucho más complicado.
- Muy bien señorita Adams – dijo una de las mujeres del jurado. Miró de nuevo su lista y levantó la cabeza hacia nosotras – Numero 38, ___ Brey.
Suspiré pesadamente y me levanté hacia el centro de la pista. Miré hacia la grada y allí estaban. Dani, Ash, Anna y Mar, estaban aquí para apoyarme. Sonreí y miré un poco más arriba de ellos. Esto sí que no me lo esperaba. Mark se encontraba aquí también con todos sus amigos. Giré mi vista hacia el jurado cuando el remix de “Your Love Is My Drug” empezó a sonar. Si había llegado hasta aquí, podía llegar más lejos. Cerré los ojos y empecé a bailar.

martes, 6 de agosto de 2013

Capitulo 3.




“Este sábado vas a hacer mucho ejercicio, ¿no, conejita?”
Volví a hacer una bola de papel y me giré hacia detrás.
- Primero, volvedme a llamar conejita y os tragáis las sillas de éste aula de una en una. Y segundo – di un fuerte golpe en su mesa dejando allí también la bola de papel – os importa una mierda lo que haga o deje de hacer yo el sábado. Igual que yo no digo nada sobre todas las putas a las que os tiráis, vosotros no os metáis en mi vida.
Volví a girarme y me disculpé, de mala gana, con el profesor, el cual se había quedado completamente atento a lo que pasaba en nuestra “conversación”. La clase terminó, pero yo me tuve que quedar a escuchar el sermón del profesor. Más de lo de siempre, que era una buena alumna y una señorita y que debía comportarme como tal.
- Espero que no vuelva a pasar.
Salí de clases rápidamente. Me molestaba muchísimo el que la gente se metiera en mi vida. Es mía, mis ocupaciones, de nadie más. Entré al comedor y agarré una manzana. No tenía hambre. Camine entre las mesas hasta llegar en la que estaban Dani, Ash y Anna, y me senté junto a esta última.
- Ya nos ha contado Dani lo que ha pasado en Literatura – dijo Anna
- ___ se revela – rió Ash
- Sabéis lo mucho que me molesta que se metan en mi vida – dije mientras mordía la manzana – Y más esos chulos putas.
Todos rieron con mi definición hacia ellos. Pasamos 5 minutos hablando sobre cosas nada interesantes cuando notamos que Mar estaba ya en nuestra mesa junto a un chico. El chico nuevo.
- Chicos, el es Leo – Mar se sentó justo en frente mía con Leo a su lado – Leo, ellos son mis amigos. Bueno, aun falta uno, mañana lo conocerás.
- Un gusto – dijo el chico sonriendo de medio lado.
Leo nos observo a todos de arriba abajo, quedándose más de la cuenta conmigo. Subió hasta mis ojos y se quedó unos segundos mirándome, hasta que desvió la mirada detrás mío.
- Parece que te tienen bien vigilada.
Giré lentamente mi cabeza para mirar a que se refería Leo. Como no, Mark. Él estaba sentado un par de mesas más atrás junto a sus amigos. Y era verdad, me estaba mirando. Le sonreí levemente cuando él me giño un ojo para luego volverse hacia sus amigos, igual que yo. Los 30 minutos que teníamos para el almuerzo se pasaron rápidamente. Ahora tenía clase de ética, pero el profesor no había asistido, así que teníamos una hora de completa libertad. Subí las escaleras hasta la biblioteca y salude a Marian. Ella tenía como unos 60 años y llevaba trabajando como encargada de la biblioteca de esta universidad toda su vida. Me adentré entre las miles de estanterías buscando el libro. Allí estaba, The Host. Pero, ¿por qué los que quiero siempre están arriba del todo? Arrastré la escalera hasta allí y subí hasta llegar al final de esta y conseguí alcanzar el libro.
- Cuidado cielo – escuché la voz de Marian debajo mio.
Bajé despacio por las escaleras hasta llegar al final.
- Siempre que busco un libro está arriba del todo, ¿cómo es eso?
- A mi no me lo preguntes – dijo ésta recogiendo un libro del suelo y dejándolo en su sitio – Yo solo reviso si se han devuelto los libros, no los coloco cariño.
Le sonreí afectívamente y me encaminé a sentarme en uno de los sillones que había allí. Amaba estar aquí, encerrarme del resto del mundo aunque solo fuera por una hora. Abrí el libro y me adentré en la vida de Melanie Stryder, olvidándome de todo. Los libros y el baile eran mi única escapatoria. Pensé que solo habían pasado unos minutos desde que había empezado a leer, cuando ya había tocado el timbre.
- Marian – llamé la atención de esta, la cual me miró con una sonrisa detrás del ordenador – Apúntame este, en menos que canta un gallo lo tienes de vuelta.
- Apuntado, y acuérdate que aún tienes por devolver el último de Fallen.
- No se me olvida, tranquila – dije mientras guardaba el libro en la mochila y me la colgaba al hombro – Adios
- Hasta luego, y suerte con las pruebas.
Le sonreí a la vez que me encaminaba a la siguiente clase: Arte.

sábado, 3 de agosto de 2013

Capitulo 2.




Iba acercándome a ellos poco a poco, me daba vergüenza  hablar con él, pero tenía que hacerlo. Hace un par de años nunca habría dicho que me daba vergüenza, simplemente me hubiera acercado a él y listo. O quizás no habría hecho falta hacerlo, ya que no habría pasado lo que pasó y no tendría porqué hablar con él. Pero las cosas cambian, igual que mi actitud. Ya no soy la misma chica de 16 años, ahora estoy por cumplir los 19 y quizás, solo a veces, vaya con más tranquilidad a hacer las cosas, con más calma y sutileza. Mientras me acercaba vi como uno de sus amigos me miraba y luego le avisaba a él, haciendo que se girara hacia mi. Me sonrió de lado para luego girarse de nuevo hacia su grupo.
- Id yendo vosotros  - les habló – Yo tengo que hacer una cosa.
Todos se marcharon dejándonos solos en la clase.
- Yo.. Esto, es por lo del otro día. Bueno.. Ya sabes.. – vi como se reía levemente y se apoyaba en la puerta. Suspiré jugando con las yemas de mis dedos y me obligué a hablar – Mira Mark, siento lo que pasó el otro día. No pude ir y se me olvidó avisarte, de verdad. Mar me necesitaba, estaba echa polvo, y luego llego Jordi pidiéndome los apuntes y no..
- Hey – me llamó la atención – No hace falta que me des explicaciones. Supuse que algo habría pasado.
- Es que.. – bajé la mirada hacia los pies – Es la segunda vez que pasa lo mismo, y todo por mi culpa. Lo siento.
Noté como ponía una de sus manos en mi mentón para hacer que le mirara. Tenía una perfecta sonrisa dibujada en la cara, y sus ojos azules hacían juego con su pelo castaño claro.
- Escúchame ___, no es tu culpa. Todos tenemos cosas que hacer, y tu más aun que tienes las pruebas – asentí levemente sin quitar la mirada de sus ojos - ¿Lo intentamos el próximo sábado?
- Lo intentamos  - sonreí.
Mark sonrió aun más para luego soltar mi mentón y agarrar su mochila, la cual estaba apoyada en la puerta.
- Perfecto entonces – se agachó para darme un cálido beso en la mejilla – Nos vemos.
Sonreí como una completa idiota. De verdad me encantaba. Era divertido, dulce, cariñoso, estaba mal de la cabeza y era increíblemente guapo.
- El Adonis ha vuelto a por su princesa.
Ignoré por completo lo que Dani acababa de decir y me puse a caminar hacia la siguiente clase: Literatura. No tardé mucho en verla de nuevo a mi lado.
- Venga, ¿me vas a decir que no habéis vuelto a quedar? – yo no respondí, solo sonreí de la misma manera idiota que antes - ¡Lo sabía, lo sabía! ¡Te encanta!
- Eso ya lo sabes Dani.
- Si, pero te conozco desde que empezaste a hacer las pruebas de aptitud hace casi 2 años y nunca te había visto tan “loca” – hizo comillas en la palabra - por un chico.
Me vino a la mente la imagen de Greyson. Claro que no, ella no me había visto nunca con él, así que el verme de esta manera es nuevo para ella. Me borré todos los pensamientos sobre él, nunca me hacían bien.
- Creo que nunca lo estuve –mentí - ¿Va a estar tu madre otra vez para las pruebas?
- Así es, punto positivo para ti.
Me reí. Era verdad, su madre me adoraba, así que si ella estaba allí tenía más posibilidades de ser aceptada. Entramos a clase al mismo tiempo que sonó el timbre y nos sentamos en la penúltima fila, teniendo detrás a un par de chicos del grupo de Mark. Todos los de su grupo me conocían, se sabían todo sobre mi. Aunque aquí todo el mundo sabe sobre todos los demás. Eso es lo malo de estar en una universidad con tan poca gente. La clase estuvo tranquila hasta mitad de esta. Teníamos que hacer un par de resúmenes, los cuales estaba haciendo, cuando vi  que una bola de papel me llegó por encima de la cabeza. Escuché unas risas del mismo lugar del cual provenía la bola y algunos susurros. Eran ellos. ¿Tan poco entretenidos estaban?
- ¿Qué es? – me susurró mi amiga
- Una bola de los idiotas de detrás – giré mi vista hacia ella – A saber que memeces dice.
- Pues descubrámoslo.
 Volví mi mirada hacia la bola y la abrí, dejando ya ver lo que ponía dentro.

miércoles, 31 de julio de 2013

Capitulo 1.




Escuché unos fuertes golpes en la puerta de mi habitación y a alguien detrás de esta gritando que le abriera. Salí a paso lento de mi cama, colocándome mis zapatillas azules al mismo tiempo que iba hacia la puerta.
-¡____! Date prisa – Dani entró desesperada a mi habitación - ¡Te has vuelto a dormir!
-¿Qué día es hoy? – me tiré de nuevo en la cama notando que ella se sentaba a mi lado.
- 23 de febrero
Me levanté de golpe y empecé a organizarme. Hoy empezaban las pruebas de aptitud. Si conseguía pasarlas tendría una beca para el año que viene, al igual que paso para este año. Si estoy aquí es por la beca que conseguí.
- Que rápido te has espabilado – se rió mi amiga
- Estaba perdida, no sabía que día era hoy – entré al baño rápidamente para asearme y vestirme – Me voy a tener que poner más al dia en todo lo que es el calendario.
- Siempre te pasa lo mismo ___, vas a tu bola por el mundo.
Escuché a mi amiga caminar de un lado al otro por la habitación. Ella no tenía que hacer estas pruebas ya que podía pagar el estar aquí sin ningún problema. Todo lo contrario a mi. No tarde mucho en arreglarme y preparar la mochila de clases. Aquí nos formaban para ser bailarines, músicos o cantantes, pero, al igual que todos los adolescentes de 18 años, teníamos que dar clases. Llegamos rápidamente al comedor y, como siempre, allí estaban Anna, Mar y Ash en la mesa de siempre. Faltaba Jordi, supongo que él también se había dormido. Anna, Mar, Dani y yo nos habíamos echo unas amigas inseparables, mientras que Ash y Jordi ya eran grandes amigos de antes. Todos nos conocimos aquí. Y, para dejar todo fuera de dudas, Ash es un mote que le pusieron, su nombre es Edmund. Alguna vez me ha contado la historia del porque de ese mote, pero nunca acabo de enterarme, es bastante extraño. Dani y yo cogimos la bandeja con el desayuno, el cual consistía de un par de piezas de fruta o un zumo y un tazo de leche con cereales o galletas.
- Buenos días chicos – les saludamos sentándonos en la mesa.
- Buenos días – contestaron todos al unisono.
- Hoy empiezas las pruebas, ¿no ___?
- Así es Ash – le respondí a mi amigo – Espero que me salga tan bien como el año pasado.
- Seguro que si, eres increíble – me apoyó Anna
Nos pasamos la media hora del desayuno hablando de las pruebas. Anna y Mar también las tenían que hacer, pero ellas para cantantes. Las dos tenían una voz espectacular, ponía los pelos de punta a cualquiera. Sonó el timbre que indicaba que empezaban las clases. Agarré mi mochila y me fui junto a Mar y Ash a clase de historia.
- ¿Y Jordi? – le pregunte a Ash
- Esta malo – dijo encogiéndose de hombros – Ayer tomo algo en mal estado y hoy está que casi ni puede levantarse de la cama.
Llegamos justo a tiempo a clase. El profesor ya había llegado unos segundos antes que nosotros, pero no nos lo tomo en cuenta. Me senté atrás del todo junto a Mar mientras que Ash se sentó un par de asientos mas adelante con otro de sus amigos. Me pude percatar de una silueta nueva en la parte delantera de la clase. Era un chico. Tenía el pelo marrón muy corto. No llevaba el uniforme del colegio, eso era lo más extraño. Debía de ser alguien importante, nunca dejan entrar a nuevos estudiantes en mitad de curso. Aparté mi vista de él y me concentré en la clase.
- ¿Lo has visto? – me preguntó Mar en un susurro – Dicen que es guapísimo.
- Mar, acabas de terminar con Saul – le dije con una sonrisa de medio lado
- Pero – se quedó callada durante un momento mirando al chico nuevo – Tengo que pasar de página, ¿no?
Me reí levemente. Mar era rubia de ojos verdosos con un cuerpo increíble, a demás de que era bastante alta. Miles de miradas se posaban el ella al día, y ella las aceptaba placidamente. No tenía ningún problema en lo que respectaba conseguir un novio o simplemente algún que otro rollo, y, si de verdad iba a por el chico nuevo, lo conseguiría.
- ¿Esta todo claro? – todos asentimos en respuesta a la pregunta del profesor – Entonces mañana me traen hechos los ejercicios de la página 216 y vayan preparando el proyecto de la 218. Pueden salir.
Todos salieron rápidamente de la clase para ir a la siguiente. Yo me quedé hasta que todos salieran. Todos, o casi todos. “Tienes que hablar con él” Suspiré y me levanté, acercándome a él y su grupo. Tenía que hacerlo.

domingo, 28 de julio de 2013

Sinopsis - 2ª temporada.




{Dos años después}

El aire seguía oliendo a verano a pesar de que ya estábamos en pleno septiembre. Dejé mis maletas frente a aquella puerta de madera en la que se encontraba el número “105” grabado en lo alto. La abrí con la pequeña llave que me había dado la secretaria y admire la enorme habitación. Una cama doble, un armario enorme, una mesa de estudio, un par de estanterías y un gran ventanal. Acomodé mis maletas dentro de la habitación y me tumbé en la cama. Aún no lo podía creer, era absolutamente perfecto. Me quedé un rato allí tumbada, mirando el techo. Ahora este sería el techo que me cubriría durante mis 4 años aquí. Seguia sin poder creerlo. Me asomé al gran ventanal para admirar el edificio al completo. Era enorme. La gente andaba de un lado a otro, se saludaban felizmente, otros se sentaban en las grandes mesas que ocupaban el ancho espacio de aquel patio. ¿De verdad estaba yo aquí? ¿O era solo un sueño? Me giré hacia mi maleta y la abrí. Saqué el sobre donde se encontraba aquella carta que llevaba tanto tiempo deseando. Aquella en la que ponía que gracias a mis esfuerzo había llegado a estar aquí. Sonreí. Estaba estudiando en USA, estudiando para convertirme en una bailarina, una grande. Me volví hacia la ventana y miré al cielo, allí fue la última vez donde lo ví.

-Por ti – susurre al viento – Solo por ti Greyson.

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Aquí os dejo la sinopsis de la 2ª parte de la novela. Espero que esta temporada os guste tanto o aun más que la primera y que la disfrutéis muchísimo. Como siempre, gracias por todo, por apoyarme y por leer la novela‹з

domingo, 23 de junio de 2013

Capitulo 30. Final.





Era una gilipollas, tirada en mi cama, llorando. Ya nada valía la pena, o eso es lo que yo pensaba. Llevaba allí desde ayer y hoy había decidido no ir a clases. ¿Para que? ¿Pegarme las horas llorando? Podía hacer lo mismo en casa. Agarré mi móvil cuando este empezó a vibrar.
“Se lo que a ocurrido con Greyson, y lo siento mucho. Solo quería decirte que tienes todo mi apoyo aquí. Ali x”
Apoyo. Ahora solo necesitaba el apoyo de los brazos de Greyson. Abracé con mas fuerza mi almohada empapada ya. No quería estar sin él, no podía. Otro mensaje me llegó poco más tarde.
“Supongo que no te interesa, pero su avión sale a las 18:30. Ali x”
Miré la hora en mi móvil y rápidamente me incorporé. No iba a acabar así, no lo iba a dejar así todo. Saqué lo primero que agarré del armario sin siquiera detenerme a mirar lo que era. Agarré el móvil y la cartera y salí de casa corriendo. Tenía media hora, podía llegar. Subí al primer taxi que conseguí haciendo lo posible para que el conductor corriera. Necesitaba llegar, había sido una idiota por haber echo lo que hice ayer. Por haber echo lo que hice al conocerlo. No me detuve a mirar la hora cuando llegamos al aeropuerto, solo me puse a correr de un lado a otro buscándole. Una voz indicó por los micrófonos que el vuelo a Nueva York estaba a punto de despegar. Entonces lo vi.
-¡Greyson!
Este paró en seco mirándome. Me acerqué a él mientras dejaba sus maletas a cada lado y lo abracé, sin querer dejarlo ir, no podía hacerlo.
-Prométeme que volverás
Las lágrimas empezaron a aguar mis ojos a la vez que recorrían mis mejillas. Greyson me miró fijo y limpió una de ellas con su pulgar.
-Te lo prometo. Volveré, por todos los medios. Solo por ti. Pero tu debes prometerme algo.
Asentí con la cabeza.
-Nunca dejes de bailar, nunca dejes atrás tu sueño. Llegaras muy alto.
-Lo prometo, por ti.
Agarró mi cara con las dos manos y me besó. Un beso lleno de promesas, lleno de esperanzas. Confiaba en él, sabía que no me iba a defraudar, que volvería. Lo abracé por la cintura al terminar aquel beso. Me hundí en su pecho y aspire su aroma. Lo amaba. Lo amaba mucho.
-No llores princesa, por favor.
-No quiero perderte.
Levanté la mirada y vi su sonrisa, su dulce y perfecta sonrisa.
-No me vas a perder, siempre seré tuyo.
Besó mi mejilla por última vez para después coger las maletas y subir al avión. Aquel avión que lo separaría de mi. Recibí un último mensaje antes de irme de allí, antes de que todo acabara.
“Tranquila, ya todo ha caído. x”

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Bueno, aquí está el último capítulo de la primera temporada. Espero que la hayáis disfrutado y que os haya gustado. Supongo que empezaré la segunda temporada en cuanto vuelva de Irlanda, más o menos para finales de Julio o principios de Agosto. Y muchas gracias por apoyarme durante todo este tiempo, sois increibles‹з

viernes, 21 de junio de 2013

Capitulo 29.





Me senté en la silla dejando mi mochila encima de la mesa mientras miraba a Ali.
-Entonces, ¿ha venido?
-Si, y me ha dicho que necesitaba hablar contigo urgentemente.
Me apoyé en el respaldo de mi asiento inclinando la cabeza hacia atrás. ¿Por qué ahora todo el mundo tenía que hablar conmigo? Asentí de mala manera para que Alicia entendiera que hablaría con él, pero primero tenía que encontrarlo. Eso sí, después de las clases. Pasé las dos horas revolviéndome en la silla esperando a que la campana de final de clases se estropeara y nunca sonara, pero no fue así. No quería verle porque sabía que lo iba a pagar todo con él, aunque también tenía parte de la culpa de que yo estuviera de esta mala gana con todo ser que me hablara.
-Hasta que te encuentro.
Se agachó para darme un beso en los labios, pero este acabó en mi mejilla.
-¿Qué quieres Greyson?
-No quiero que sigas cabreada conmigo, por favor.
-Pues no hagas que me cabree. O mejor, deja de poner excusas para todo.
Me crucé de brazos mientras Greyson revolvía su pelo.
-No eran excusas, pero de acuerdo, lo siento mucho. 
-¡No quiero que lo digas solo para que deje de estarlo! 
Escuché un suspiro de su parte mientras agarraba una de mis manos entre las suyas. 
-De verdad lo siento, muchisimo ___, pero ahora quiero que me escuches, ___. Es importante.
Su cara estaba hecha polvo y eso me dolía. Lo que venía no era nada bueno, lo sabía.
-Vuelvo a Estados Unidos.
Solté rápidamente mi mano de entre las suyas dejándola caer, junto a la otra a mis laterales mientras mi boca se abría de par en par. Estaba en completo sock, él se iba. Mi Greyson se iba.
-No me puedo quedar más tiempo aquí, pero no quiero perderte ___.  Si he estado tan distante ha sido por eso, intentaba negociar el seguir aquí pero no pude. Tengo mucho que hacer allí y..
-Te.. te vas.
Tragué saliva.
-Lo siento ___.
Greyson se acercó a mi dándome un cálido abrazo, uno que nunca más iba a poder sentir. En cuanto reaccioné, subí mis manos hasta su pecho el cual nunca más iba a volver a tocar, apartándome de él. Mis ojos ya estaban llorosos, rojos, al igual que mi nariz. Me coloqué mi mochila para darme media vuelta y irme de allí.
-Por favor ___, espera.
Me giré una última vez para gritarle algo que me dolió más a mi que a él.

-¡Olvídate de mi! ¡Olvídate de todo lo que ocurrió! ¡YA NO ES NADA!

miércoles, 19 de junio de 2013

Capitulo 28.




Apoyé mi mano en su rodilla mientras me agachaba para limpiarle la herida de la ceja. Estaba hecho un auténtico desastre. Llevaba varios cortes por la cara y los brazos, la nariz sangrando y un ojo morado, además de que los chorros de sangre le había manchando la ropa por completo.
-¿Quién ha sido Cody?
-Jack.
Levanté mi mirada hacia él para luego volverla a colocar en su herida. Ya sabía que ese cabrón le tenía ganas a Cody, pero nunca pensé que llegaría a hacerle una cosa tal como esta.
-¿Quién es Jack y por qué te ha hecho esto?
Cody giró su cabeza hacia Mey para responderle, pero yo no se lo permití. Si la giraba no podría curarle bien los cortes.
-Jack es un chico de una pandilla. Hace tiempo hicieron un partido de baloncesto contra la de Cody y se picaron, además de que entre entre ellos dos se metieron más mierda de la que hay en un estercolero.
Cody rió ante mi respuesta y asintió.
-Resumidamente, eso es.
Me pasé el resto de la tarde curando las heridas de Cody junto a Mey. Ali no se atrevía a tocarlas, más que nada porque sino vomitaría, o eso decía ella. Me negué a mirar el móvil en toda la tarde, igual que en la noche, aunque lo único que había recibido era otro estúpido mensaje que decía:
“Empezamos el descenso”
Rápidamente se me vino a la mente que Jack fuera el culpable, pero él ya había pegado a Cody y, si me quisiera hacer algo malo a mi, ya lo habría echo. Había pasado una semana ya. No salí ningún día más que para ir a casa de Cody a ver como llevaba las heridas. Era lunes, por lo que no tenía ganas de nada, quizás si de tirarme de un octavo, o un noveno incluso.
-Que cara de amargada tienes, hermanita.
-Cállate Joel.
-Venga, ¡alégrate que es lunes!
Me giré bruscamente hacia él lanzándole una de mis tostadas.
-¿Qué parte de “cállate” no entiendes?

Joel soltó una carcajada para luego irse de casa, seguido de mi a los 10 minutos. Hoy iría andando, tenía más tiempo de lo normal y así podría relajarme un poco para no ir contestando a todo el mundo. Pasé por al lado de la academia de baile y me acorde de él, de Greyson. Había estado esta semana sin verlo, siquiera había hablado con él y no sabía si hoy iría a clase o de nuevo estaría con la excusa de “Tenía que hacer cosas” otra vez.

martes, 18 de junio de 2013

Capitulo 27.

Quería avisaros que solo queda este capítulo y 3 más para acabar la novela (¡que pena!) los cuales iré subiendo durante esta semana. En cuanto la acabe, pondré una pequeña entrada de la que os avisaré. Allí explicaré como ira la segunda parte, cuando la empezaré y todo. Si alguien quiere ir dándome alguna idea, yo la acepto felizmente. Disfrutad del capitulo‹з




Llevaba desde que empezamos a salir con la misma escusa, y no solo para entrar a mi casa, muchas veces incluso como escusa de cuando faltaba a clases o no podía venir los viernes a la disco. Era algo incomprensible y algo que de verdad me enfadaba. Quería pasar tiempo con él y lo único que hacía era poner estúpidas escusas. Lo miré acusante.
-¿Cómo es que siempre tienes cosas que hacer?
Greyson se encogió de hombros.
-Se me acumulan.
Abrí los ojos, ahora aún más enfadados, fijando mi mirada en los suyos. Era increíble, se estaba comportando como si fuera un adulto con miles de tareas.
-Mira, son muchas cosas que tengo que resolver y no puedo hacerlas todas de una vez. Necesitan cierto tiempo.
-¡Por dios Greyson, que eres un adolescente de 16 años, no un empresario de 40!
-___..
Eché el flequillo que me caía delante de los ojos hacia atrás, calmándome un poco con el movimiento.
-Mira, da igual, son tus cosas, todo bien. Cuando no estés tan ocupado me avisas.
-___, escúchame.
-No, ni escúchame ni nada. Déjalo estar.
Entré en casa rápidamente cerrando de golpe la puerta detrás de mí y apoyándome en esta. Primero los estúpidos mensajes y ahora Greyson no hace más que poner escusas para hacer cualquier cosa. Subí a mi habitación y me tiré encima de la cama mirando al techo. Ahora tenía todo lo que quería pero no de la forma que necesitaba. Escuché la puerta de casa abrirse y cerrarse mas tarde, pero no me movi. Sabía que era Joel que acababa de llegar. Me levanté más tarde a rebuscar en mi mochila cuando el movil empezó a vibrar.
“Acércate por mi casa en cuanto puedas, es importante. Mey.”
Me dejé caer al en el borde de la cama. Ahora me venía Mey con algo importante. Estaba de tener que ir de un lado para otro hasta las narices, para que luego un gilipollas me mandara mensajes sin sentido y el idiota de mi novio pasara de todo. “No tiene coherencia lo que acabas de decir, ___” Bufé para mi misma y salí hacia casa de Mey de mala gana. Era domingo y las calles estaban poco transitadas, por lo que me costó menos tiempo de lo normal llegar a casa de Mey. No necesité llamar, casi siquiera no acercarme y que Alicia estaba en la puerta esperando a cuando yo llegara para meterme de golpe en la casa.
-Traquila Alicia.
Seguí el recorrido de su mirada hasta encontrarme con el porqué de tanta histeria. Abrí los ojos de golpe.
- ¡Dios mio! ¡CODY!

viernes, 14 de junio de 2013

Capitulo 26





Tres semanas habían pasado desde entonces y los mensajes me seguían llegando, igual que a Cody. Pero en realidad nada malo había ocurrido, todo estaba bien. Estaba sentada en una de las plataformas que tenía la sala de baile donde daba las clases. Todo el mundo se había ido, pero yo quería estar un rato sola, y el mejor sitio era este. Necesitaba deshacer algunas ideas que no hacían más que rondar por mi mente. Me levanté para colocarme justo en frente de la gran pared de espejos. Miré mi reflejo. Hoy no le había dedicado mucho tiempo a la vestimenta {http://www.polyvore.com/cgi/set?id=85383379&.locale=es} aunque, ¿qué más daba? Aquí todo el mundo venía como el apetecían, lo importante era bailar. Me acerqué al radiocasete que había en una pequeña mesa dejando justo al lado el gorro. Empecé a buscar la canción, pasando de una a otra, hasta que di con ella.Vegas Girl. Me coloqué en el centro mirando fijamente mis pies, empezando a moverlos al son de la música. Todas las articulaciones empezaron a seguir a mis pies, y entonces perdí todo el poder que tenía sobre mi cuerpo, se movía solo, y amaba eso. Ya no estaban las ideas, mi mente no estaba allí mientras bailaba. Todo desaparecía alrededor mío, era solo yo. Paré repentinamente cuando vi una silueta detrás mio. Miré su silueta en el espejo sonriendo mientras se acercaba a mi para rodear mi cintura con sus brazos y dejar un suave beso en el cuello.
-Nunca te había visto bailar.
-Ahora sí.
Me giré para quedar frente a él, pasando mis brazos por sus hombros y juntando mis manos en su nuca.
-Eres increíble ___.
-¿En que sentido?
Sonrió y me dio un pequeño beso en la punta de la nariz haciéndome soltar una risa tonta.
-En todos los que existan.
Acerque su cabeza a la mía besando sus labios. Sus manos seguían en mi cintura, acariciando esta mientras yo revolvía su suave pelo. Me aparté de él para quitar la música y colocarme de nuevo mi gorro.
-¿Cómo sabías que estaba aquí?
-Intuición. ¿Nos vamos?
Agarré su mano mientras cogía mi mochila con la otra. Esta vez había venido sin coche, así que tendríamos que ir andando. Nadie hablaba durante el camino. Yo miraba a Greyson de vez en cuando notándole ausente, tenía la mirada perdida en un punto inexistente. Mi móvil empezó a vibrar haciendo que me soltara de Greyson para sacarlo de la mochila. Era un mensaje.
“Pronto todo caerá. x”
De acuerdo, me estaba hartando de esto. Tiré de mala gana el móvil dentro de la mochila para volver a agarrar la mano de Greyson.
-¿Está todo bien?
Le miré mientras asentía sonriendo. No tenía que decirle nada, no quería meterle dentro de todo este jaleo. Llegamos a mi casa de la misma forma con la que empezamos el trayecto hacia ella, en completo silencio. Me giré hacia Greyson antes de abrir la puerta.
-¿Te apetece pasar?
-No puedo, tengo miles de cosas que hacer.
Me crucé de brazos clavando mis ojos furiosos en él. Esto otra vez no.