¿Mi nombre?
Pocos lo saben. ¿Mi historia? A nadie le interesa. Que más dará quien yo sea,
que más dará lo que yo haga. Estudio por las mañanas, despejo mi mente por la
tarde y salgo a bailar por la noche. Y esa es mi rutina. Disfrutar de la vida,
eso es lo que más me gusta. En el instituto nadie me presta atención, ni quiero
que me la presten, para eso están las pistas de baile. Atraer la atención de
los chicos, ser envidiada por las chicas. Siendo feliz y viviendo cada momento
al máximo, eso es lo que amo. Pero claro, no todo es tan sencillo. Siempre está
el estúpido amor por medio. De color rosa, intentando “alegrarte” la vida mandándote
al chico perfecto, a ese príncipe azul que toda chica sueña tener. Pero, ¿Quién
dijo que yo quiera un príncipe azul? No lo necesito. Pero, ¿y qué hago ahora yo
con este príncipe? Gran pregunta con tres opciones. “Disfruta con él” una de
ellas. “Ignórale” otra más. “Huye de los sentimientos” la elegida.
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