De nuevo
lunes, odioso lunes. El domingo había pasado el día durmiendo y terminando los
deberes para hoy, y no es que fueran pocos. Hice mi rutina diaria. Cuando me
quise dar cuenta ya estaba sonando el clacson del bus. Preparé mi mochila
corriendo y bajé, pero ya no estaba. Mierda, debía ir andando y quedaba a una
media hora. Empecé mi camino. El tiempo hoy era nublado y se notaba que en poco
tiempo empezaría a llover, que por desgracia fue a mitad de camino. Me refugié
debajo del toldo de una cafetería. Llegaría bastante tarde pero tampoco tenía intención
de llegar como si me hubieran tirado a una piscina.
-Buenos
días, ___.
Alguien
susurró en mi oído. Me giré para quedarme frente a esos ojos marrones que tanto
me gustaban pero a la vez odiaba de ver.
-¿Qué quieres?
Mas bien, ¿qué haces aquí?
-Desayunar.
-Deberías
estar en clase.
-Tú igual.
Sonrió. Yo
solté un bufido, me tapé un poco con mi chaqueta y comencé a caminar rápido. La
tormenta no había menguado nada así que llegaría empapada a clase. Noté como
algo me tapaba e impedía que me siguiera mojando. Miré encima de mí y ví un
paraguas.
-¿Qué quieres
Greyson?
-Los dos
tenemos que ir a clase, y yo llevo paraguas. ¿O prefieres mojarte?
Simplemente
no contesté. Caminamos hasta el instituto con el sonido de la lluvia y el tarareo
de la voz de Greyson. Era lindo. Habían pasado 45 minutos desde que habían
empezado las clases, así que teníamos que esperar hasta la siguiente clase para
entrar. Fuimos hasta la cafetería y nos sentamos. Cogí mis cascos y me los
puse, alejándome del mundo con el sonido de la música.
-¿Por qué me
odias tanto?
Me arranqué
un casco y lo miré. Ni yo misma sabía el porqué.
-No lo sé,
es de naturaleza. Odio a todo, o casi todo el mundo, no puedo no hacerlo.
-Así no
conseguirás hacer amigos.
Me eché a
reir. ¿Quién quería amigos? Yo iba perfecta con los poco que tenía, eran los
mejores a pesar de que fueran pocos. Sonó el timbre que indicaba el final de
las clases y el comienzo de otras. Me levanté y comencé a caminar por el
pasillo hasta que alguien cogió mi muñeca para hacerme girar quedando frente a
él. Greyson.
-¿Qué ocurre
ahora?
-No seas
así. Déjame conocerte, por favor.
Su voz había
sonado como una súplica y su cara demostraba que de verdad quería hacerlo. Lo
miré y por primera vez desde que lo conocí le sonreí para luego asentir y
marcharme. Le dejaría conocerme, como él bien ha dicho, nada más.
{Quiero dedicar este capítulo a Olaya por su cumpleaños que espero que se lo pase genial y agradecerle muchisimo por leerle esta novela. ¡Muchisimas felicidades cielo!‹з}
{Quiero dedicar este capítulo a Olaya por su cumpleaños que espero que se lo pase genial y agradecerle muchisimo por leerle esta novela. ¡Muchisimas felicidades cielo!‹з}
Tengo que decirte dos cosas:
ResponderEliminar1. Escribes genial
2. Me encantan los cinco capítulos que he leído :D
¿Podrías avisarme cuando subas más?
Soy @MAFGdreamer :3
Muchas gracias cielo y claro te avisaré:)
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