Una chica. Un chico. Diferentes paises. Ella es terca. Él es adorable. Miles de secretos y un solo problema. Ella tiene miedo al amor. Él quiere enamorarla.

domingo, 21 de abril de 2013

Capitulo 12.






Pasé estas dos semanas pensando en lo mismo, en lo que había pasado ese sábado en la disco. Me alejé aún más de Greyson y, al parecer, él tampoco quería saber nada de mi. Mejor. Así podía centrarme en lo que de verdad me importaba. Bueno, más o menos. Alicia era la mejor amiga de Greyson, así que él le contó todo lo que había pasado. Y, como ella ahora sale siempre con Mey y conmigo, intenta “convencerme” para hablar con él. Y luego está Cody, que lo único que hace es meter mierda, no de mala gana, sino que me molesta con ello. Y, bueno, Mey que intenta ayudarme a olvidarlo. Hoy era jueves, maldito jueves. Me quita ese pequeño paso que hay entre el viernes y yo. Me piqué la última hora de clases ya que el profesor no estaba y bueno, para hacer la tarea que había mandado, mejor la hacía en casa. Iba bastante distraída por la calle mirando mi móvil cuando sentí que me chocaba con alguien y el móvil salía de golpe contra el suelo abriéndose por completo.
-¡IMBECIL! ¿¡TE HAS DADO CUENTA DE LO QUE ACABAS DE HACER!?
Recogí todas las piezas del móvil del suelo y levanté mi mirada hacia el idiota que me había tirado el móvil. Tuve que levantar bastante la cabeza, si que era alto, y muy lindo.
-Lo siento mucho, iba un poco distraído.
-Bueno, no.. tampoco es tanto, yo también iba distraída.
Me fijé en sus ojos, tan oscuros que eran casi negros, el flequillo color café le caía hacia delante tapando un poco ellos. Seguí mirándole hasta que me di cuenta de que su mano estaba delante mio.
-Toma.
Dinero. ¡Había como unos 500 euros!
-No, esta bien.
-Es por lo del móvil.
Miré el dinero en su mano y luego mi móvil. Me reí suavemente por su oferta.
-Mi móvil no cuesta tanto dinero, a demás, hay alguno más por casa.
-Bueno, pues al menos déjame invitarte a tomar algo. Me siento mal.
Acepté su oferta. Pasé bastante tiempo con él. Me conto sobre él. Se llama Damian y tenía 17 años. Vivía con su padre ya que su madre viajaba tanto que casi no la veían.
-¿Y eres hijo único?
-No, tengo una hermana pequeña, de 6 años, se llama María.
Seguimos hablando durante un buen rato, pero ya tenía que irme a casa. Me despedí de Damian e intercambiamos números de teléfonos. Llegué a casa pasadas las 4 de la tarde. Si que me había entretenido con él. Dejé la mochila en el suelo y me encaminé a la cocina.
-¿Por qué llegas tan tarde?
-Porque tengo 15 años, porque estaba con un amigo y porque a ti no te tengo que dar explicaciones, canijo.
-Solo me sacas 2 años, no te creas tan mayor.
Giré para sacarle la lengua y me encaminé a mi habitación, no sin antes recoger la mochila. Me tumbé boca abajo en la cama mientras encendía el portátil para mirar mi twitter. Estaba absorta en él cuando algo empezó a vibrar. Me giré vagamente para abrir el mensaje que me había llegado.
“Creo que mañana nos veremos, si vuelve a ser una casualidad el encontrarnos en la disco y que vuelvas a chocarte conmigo;) Damian x”
¡Oh dios! Fue él con quien me choqué en la disco. ¡Y mañana lo volvería a ver! Me alegraba oir eso, bueno, leer eso.  Era un chico genial y quizás pueda olvidar a Greyson gracias a él.
“No creo en las casualidades, supongo que paso por algo… xx”
Sonreí cuando otro mensaje me llegó, pero esta vez no era de él.
“Tenemos que hablar, quieras o no. Greyson.”
La sonrisa se me borró de inmediato al leer el mensaje. Dejé el móvil encima de mi cama y me concentré en el twitter. Si quería hablar conmigo tendría que venir y hablarme a la cara, no por mensajes. 

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