-¿Necesitas algo Sam?
Elevé mi cabeza hasta encontrarme con su absurda sonrisa de
niña pija. Levantó la barbilla y miro cada una de sus uñas de la mano derecha.
Era lo más patético que existía.
-La verdad es que nada, solo que te vi tan desesperada por
salir esta mañana del autobús. Tu golpe interrumpió la dulce conversación que
teníamos Greyson y yo.
-Pues la verdad no paso pena. Allí tienes la puerta, ve a buscarle
y seguid con vuestra conversación.
Se irguió rápidamente cruzando los brazos debajo del pecho y
cambiando su sonrisa por una línea recta.
-Quiero una disculpa.
-Y yo quiero que desaparezcas.
Me levanté para quedar frente a ella. No sabía a que venía
todo este follón, fue un simple golpe que ni rozo su asiento. “Esta no viene a
por las disculpas.”
-Dámelas.
-A ti ni mierdas te doy.
Golpeé la mesa con la palma de mi mano haciendo sobresaltar
a las dos clones de detrás de Sam. Me incliné hacia delante recogiendo la mano
en un puño.
-Se que no vienes a por las disculpas, quieres otra cosa.
Una sonrisa se formó en su rostro, una asquerosa sonrisa.
-Muy lista. Quiero otra cosa.
-Suéltalo.
Se inclinó ligeramente sobre mi mesa quedando a escasos
centímetros de mi cara. Inspiré y el olor de su perfume se metió por mis fosas
nasales.
-Es sencillo. Deja a Greyson en paz.
¿Qué hiciera qué?
-¿Y si no lo hago?
-Lo harás, por tu bien.
Me senté en la silla por la risa que me había entrado al
escuchar esas palabras. A mi nadie me iba a amenazar, y mucho menos ella.
Seguía riéndome cuando el timbre que marcaba la vuelta a clase sonó. Sam se fue
a su lugar habitual mientras yo intentaba calmarme un poco. Rápidamente me
acordé. Greyson no me hablaba desde lo que pasó en la feria, y no se si lo
volverá a hacer. “Esto es lo que querías, que te dejara en paz. Pues ahora ya
no te molestará más”. Enrollé mi brazos sobre la mesa y deje caer mi cabeza
encima de ellos. Estaba hecha un lío, no quería estar con él, no quería nada
relacionado con él. Pero le quería a él. La última hora de clases ya había
terminado y yo no tenía ganas de volver a ver a Sam. Agarré mi mochila y salí
de clase después de que todos los demás salieran antes que yo. Los pasillos ya
estaban desiertos y la gente se acumulaba en la entrada.
-¿Crees que lo conseguirás?
Una voz chillona llamó mi atención. Pegué el oído a la
puerta del baño de chicas.
-Claro que sí Diana, Greyson no se va a ir con la imbécil de
____.
Abrí mis ojos como platos. ¿Con que la imbécil de ___? Esta vez Sam había jurado la guerra. Bajé las escaleras de dos en dos. El autobús
estaba ya en la entrada esperando a que todos subieran, pero decidí pasar de
largo. Saqué mi móvil de la mochila y marqué el número de Ali. Ella me podría
ayudar. Sam iba a desplomarse rápidamente y yo pensaba, de una vez por todas,
quitarme ese absurdo miedo y esas absurdas ideas de mi cabeza.
Se avecina gueeeerraaaaaa. Puta Sam.
ResponderEliminarMe encanta esta fic :3