Capitulo 25.

Cerré la puerta de casa detrás mio y me encaminé hacia el parque en el que había quedado con Cody. Esta mañana me había llamado para poder hablar del tema tan importante que me comentó anoche en el mensaje. Yo seguía preocupada, era muy extraño que Cody pidiera ayuda. También tenía el mensaje-amenaza que recibí anoche. Divisé a Cody sentado en un banco del que se levantó nada más verme. Caminé hacia él pero su móvil se interpuso entre él y yo.

“Ojo con tus movimientos Simpson, puede que nada ahora acabe bien. x”

Estaba paralizada. Saqué mi móvil y revisé entre mis mensajes hasta hallar con el que estaba buscando y se lo enseñé a Cody.

-¿Crees que están relacionados?

-Estoy seguro que si.

-¿Y quien puede ser?

-No lo sé, pero el problema no es quien, es como.

-¿Cómo?

-___, esto es una amenaza. Alguien va detrás nuestro buscando alguna forma de hacernos daño. No debemos estar intentando averiguar quien es, sino que tenemos que andarnos con cuidado.

Cody tenía razón, cuando más nos centráramos en buscar quien es el que mandó los mensajes menos atentos estaríamos a lo demás. Y ahora lo menos que teníamos que hacer era distraernos.

-Sea quien sea, nos conoce Cody.

-Exacto, por ello tenemos que estar más atentos a todo.

Asentí levemente y me senté en el banco en el que estaba él antes. Cody se agachó hasta quedar a mi altura.

-No se lo digas a nadie, ___, no debemos meter a nadie aquí.

-Per..

-¡No! Ni Mey, ni Ali, ni Greyson. ¡A nadie!

Asentí de nuevo agachando la cabeza para mirar mis converse. No entendía nada, si que sabía que había gente que no me tenía ningún aprecio. Sentí como Cody se incorporaba y una pequeña idea se me vino a la mente.

-Cody, ¿tú con Sam como te llevas?

-No se. La verdad que nunca la he atendido demasiado, igual que ella a mi, no tenemos comunicación alguna.

“Mierda” La idea se desvaneció de mi mente. Sam no podía ser.

-___, me tengo que ir. Cualquier cosa me llamas, a mi, a nadie más.

Asentí mientras le sonreía de lado. Cody se fue alejando cada vez más mientras yo me quedaba sola sentada en ese banco. De ahora en adelante tendría que andarme con cuidado, pero no iba a quedarme con los brazos cruzados.