Una chica. Un chico. Diferentes paises. Ella es terca. Él es adorable. Miles de secretos y un solo problema. Ella tiene miedo al amor. Él quiere enamorarla.

miércoles, 19 de junio de 2013

Capitulo 28.




Apoyé mi mano en su rodilla mientras me agachaba para limpiarle la herida de la ceja. Estaba hecho un auténtico desastre. Llevaba varios cortes por la cara y los brazos, la nariz sangrando y un ojo morado, además de que los chorros de sangre le había manchando la ropa por completo.
-¿Quién ha sido Cody?
-Jack.
Levanté mi mirada hacia él para luego volverla a colocar en su herida. Ya sabía que ese cabrón le tenía ganas a Cody, pero nunca pensé que llegaría a hacerle una cosa tal como esta.
-¿Quién es Jack y por qué te ha hecho esto?
Cody giró su cabeza hacia Mey para responderle, pero yo no se lo permití. Si la giraba no podría curarle bien los cortes.
-Jack es un chico de una pandilla. Hace tiempo hicieron un partido de baloncesto contra la de Cody y se picaron, además de que entre entre ellos dos se metieron más mierda de la que hay en un estercolero.
Cody rió ante mi respuesta y asintió.
-Resumidamente, eso es.
Me pasé el resto de la tarde curando las heridas de Cody junto a Mey. Ali no se atrevía a tocarlas, más que nada porque sino vomitaría, o eso decía ella. Me negué a mirar el móvil en toda la tarde, igual que en la noche, aunque lo único que había recibido era otro estúpido mensaje que decía:
“Empezamos el descenso”
Rápidamente se me vino a la mente que Jack fuera el culpable, pero él ya había pegado a Cody y, si me quisiera hacer algo malo a mi, ya lo habría echo. Había pasado una semana ya. No salí ningún día más que para ir a casa de Cody a ver como llevaba las heridas. Era lunes, por lo que no tenía ganas de nada, quizás si de tirarme de un octavo, o un noveno incluso.
-Que cara de amargada tienes, hermanita.
-Cállate Joel.
-Venga, ¡alégrate que es lunes!
Me giré bruscamente hacia él lanzándole una de mis tostadas.
-¿Qué parte de “cállate” no entiendes?

Joel soltó una carcajada para luego irse de casa, seguido de mi a los 10 minutos. Hoy iría andando, tenía más tiempo de lo normal y así podría relajarme un poco para no ir contestando a todo el mundo. Pasé por al lado de la academia de baile y me acorde de él, de Greyson. Había estado esta semana sin verlo, siquiera había hablado con él y no sabía si hoy iría a clase o de nuevo estaría con la excusa de “Tenía que hacer cosas” otra vez.

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